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–El “Delivery de Uñas” empezó en parte por mis ganas de independencia laboral. En un principio todo arrancó como un juego entre amigas, armamos una fanpage bajo el nombre de Melanía para mostrar mi trabajo, y enseguida empecé a trabajar por mi cuenta. Así fue tomando cada vez más y más forma y, sobre todo, color. Y acá estoy, voy por la vida tocando timbres, como hacen todos los deliveries. A veces también llego tarde, como hacen los deliveries.
–El trabajo es a domicilio, combino un turno con mis clientas, que me contactan por Twitter, Facebook, mail o teléfono. Voy hasta su hogar a llenar de vida y divertir sus uñas. Es un servicio, no tanto de belleza sino más bien con fines artísticos, que tiene como principio descontracturar “las uñas sobrias y clásicas de rojo”. Por eso no me manejo tanto con tendencias, uso miles de colores todo el año, tratando de que las uñas vistan como un accesorio. Las manos tienen demasiada presencia en nuestra vida: el saludo, los gestos y ademanes. Todos hablamos y nos expresamos por medio de ellas. Por eso los dibujos, diseños y combinaciones son infinitos, variados y disímiles entre sí. Lo más divertido es la cantidad de formas de expresión que encuentra la gente al hacerse una fantasía de uñas.
–Las manos hablan por sí solas, “Delivery de Uñas” hace gritar a todos de la sorpresa.
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