Página/12 :: las12 :: El lado luminoso de la sombra

Con la premisa “Hacé sombra al sol. Diseñá tu sombrero” y a modo de celebración del nuevo apogeo de esos accesorios en la moda, así como también para alertar sobre los efectos perjudiciales del sol, la Fundación del Cáncer de Piel y la firma de cosmética La Roche-Posay idearon un certamen de diseño que culminó con una exhibición de quince sombreros y la entrega de tres premios realizada en el Museo Sívori. El jurado, compuesto por la arquitecta Andrea Saltzman, la diseñadora de sombreros Laura Noetinger y el Dr. Stengel, factótum de la Fundación del Cáncer de Piel, galardonaron con premios cotizados entre 3 mil y 15 mil pesos a los ganadores.

César Núñez, autor de una gorra-boina con visera, obtuvo el primer premio. Su CV indica que estudió moda en el Instituto Flego, que tiene su propia firma de ropa para novias y que dicta clases de sombrerería en el Instituto Saulo Benavente. Acerca de los materiales usados en su diseño y las premisas para el certamen, dictaminó: “Los materiales usados fueron lino de tapicería, lino pantalonero, tarlatán (similar a la muselina) e hilo para coser, mientras que mi premisa para la realización fue que las telas naturales reflejasen la frescura del verano y que permitieran el rebote de los rayos solares, desde un diseño versátil que pudiera cubrir tanto la cara como las orejas”. Y en relación con el proceso de diseño de sombreros destacó: “Primero hice el boceto, respetando los requerimientos del certamen, preparé la moldería en papel para verificar que fuesen correctas y luego pasé a cortar las telas elegidas, para concluir con el armado y el planchado”. Usuario confeso de chambergos y gorras, Núñez explica que antaño era de uso cotidiano, por cuestiones estéticas y éticas, pero que a fines de 1960 el uso del sombrero se vio relegado. Y dictamina que el revival del sombrero responde a tomar conciencia de la exposición diaria al sol. Corresponde destacar que el segundo premio se adjudicó al dúo de diseñadoras compuesto por Sofía Delaney y Milena Abdala, quienes idearon una capelina reversible.

María Soledad Pardo, la ganadora del tercer premio y creadora de un sombrero con impronta oriental, se refirió a los materiales empleados y al disparador de su diseño del siguiente modo: “En el diseño se plantean distintas texturas en un juego de combinación de rafias –materialidad natural–, con una pasamanería trabajada con tablas encontradas en gros y adornada con cuentas de azabache. Mi diseño está inspirado en dos tipologías: por un lado, el sombrero oriental llamado Nonlá, y por otro, el Canotier (sombrero veneciano), generando un mix cultural ente Oriente y Occidente. Las dos tipologías son utilizadas para cubrirse del sol en situaciones de trabajo”. El sombrero contiene un ala de 6,5 y un casquete que permiten cubrir tanto el mentón como las orejas y la nuca. Añadió Pardo que su vinculación con la moda empezó a tomar forma desde las artes plásticas y en la Escuela Nacional de Bellas Artes de Quilmes y que posteriormente estudió Diseño de vestuario en la UP. Luego de realizar cursos de cool hunter en el exterior, al regreso volvió a la Universidad de Palermo, pero para alistarse en indumentaria. Actualmente integra la Cátedra Lento Navarro. En cuanto al diseño de sombreros, desde el invierno 2013 comenzó a asistir a clases con la experta Laura Noetinger, autora de una línea propia elegantísima y quien forma en ese oficio a los nuevos nombres, entre ellos a Florencia Tellado, la joven y trendy diseñadora de Porcellana Hats, de uso ineludible en los editoriales de moda. En cuanto a la modalidad de usar sombreros tanto por dictámenes estéticos como por salud, señaló Soledad: “El sombrero es una pieza tan estética como utilitaria, un objeto de la indumentaria cuya utilización va cambiando con el paso del tiempo, obteniendo distintos estilos por su resignificación. Para crear un look y reforzar conceptos de estilo, recurro a un sombrero, algún tocado o un fascinator, porque considero que así como en invierno nos abrigamos con tapados, en el verano deberíamos usar sombrero para protegernos del sol”.

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El lado luminoso de la sombra