El g茅nero de ficci贸n conocido como reality tiene un nuevo exponente en la televisi贸n argentina con MasterChef, un talent show de cocina en el que diecis茅is participantes, elegidos entre cientos de aspirantes en una cata masiva, luchan programa a programa para no ser eliminados y convertirse en el nuevo MasterChef argentino. El formato que compr贸 Telefe tiene un largo camino por detr谩s: desde que la bola empez贸 a rodar en la televisi贸n brit谩nica en el 2005, las temporadas y versiones de MasterChef se multiplicaron y actualmente hay bifurcaciones como MasterChef: Los profesionales o MasterChef Junior, que se suman al MasterChef original y se emiten en m谩s de veinte pa铆ses, de Estados Unidos a Pakist谩n.
Si el Canal El Gourmet y Gran Hermano ya eran tentadores por separado, no es dif铆cil entender este furor mundial por ver a otros 鈥揺sos famosos 鈥済ente como uno鈥濃 cocinando. La receta tiene varios ingredientes que son una fija, otros m谩s o menos secretos, y al parecer funciona en todas partes. Para empezar, los participantes deben ser carism谩ticos y en lo posible tener un perfil bien definido como sucede ac谩 con Coto, uno de los favoritos, un morocho gigant贸n de coraz贸n enorme que vive y trabaja en una villa de Barracas. Coto sedujo al jurado con un guiso carrero la primera vez que tuvo que cocinar en el programa y por supuesto que no dej贸 de llamarlo 鈥渁lto guiso鈥, en una s铆ntesis ilusoria entre pobreza, tradici贸n y gourmetismo que era para sacarse el sombrero. Es que sin personajes no hay historia y sin historia, se sabe, no hay emoci贸n, por eso en cualquier MasterChef que se precie debe haber alguna chica linda que coquetee con los jurados, una vieja simp谩tica que represente la cocina de las madres, un treinta帽ero o cuarent贸n soberbio que piense que lo sabe todo, un adolescente hiperentusiasmado, y as铆.
Despu茅s est谩 el jurado, generalmente compuesto por tres chefs prestigiosos que deben pararse bien derechos y con las piernas abiertas para sugerir autoridad, y mirar fijo a los participantes como si pudieran olerles el miedo. Donato De Santis, Christophe Krywonis y Germ谩n Martitegui (italiano, franc茅s y argentino respectivamente) son los elegidos para entrenar t茅cnica y emocionalmente a los participantes en este reality de aires castrenses. Y como ver a los dem谩s ser humillados en p煤blico es uno de los deleites de MasterChef (el mismo que todos conocimos en la escuela primaria), el jurado debe ser diestro en el arte de destrozar verbalmente, aunque la versi贸n argentina sea un poco sosa y le falte ese toque picante, a veces ultraviolento, que tienen por ejemplo la versi贸n norteamericana o la brit谩nica. Lamentablemente no nos toc贸 el mejor MasterChef: bastante peor filmado que otras versiones y con actuaciones que dejan que desear (porque no puede hablarse m谩s que de actuaciones en un programa tan guionado), es de esperar que MasterChef Argentina evolucione junto con sus participantes.
驴Y la comida? Bueno, lo que se imaginan: ni la onda ama de casa que sol铆a tener Util铆sima ni la popularidad y las presentaciones groseras de Cocineros Argentinos tienen lugar en MasterChef. Los m谩s altos est谩ndares del chefismo internacional y globalizado se promocionan en el programa, que a veces tiene la inteligencia de aprovechar los productos y tradiciones locales (mucho marisco y pescados en Espa帽a, mucha carne roja en Argentina, y el domingo que viene comemos pizza con los cocineros de Banchero y El Cuartito), combinarlos de alguna manera novedosa y ofrecer un cuadradito de algo sobre una pincelada de otra cosa, unas gotas de alguna cosita y una torrecita de otras cosas m谩s que ni sab铆amos que exist铆an, pero nos hacen sentir un poco m谩s cerca de ese cielo exclusivo del gourmetismo, aunque lo miremos comiendo una milanesa o una porci贸n de pascualina.
MasterChef se emite los domingos a las 22.15 por Telefe.
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