Imprimir|Regresar a la nota
Viernes, 25 de julio de 2014
logo las12
pantalla plana

Deconstruyendo a la ex

Trophy Wife, la nueva serie de Sony donde las ex esposas del protagonista brillan por su presencia.

Por Marina Yuszczuk
/fotos/las12/20140725/notas_12/me12fo02.jpg

La ex es una bruja: fea, grotesca, ridícula, con demasiado maquillaje o totalmente abandonada, estridente, irritante y sobre todo –sobre todo– pesada. La ex es maestra absoluta en el arte negativo de la desubicación. Porque no entiende, ni entenderá jamás, que pasó el tiempo y las cosas cambiaron, que el hombre que dormía con ella ahora tiene intimidad con otra y que en esa esfera mágica, ya perdida para ella, no puede ni debe penetrar. Y como no le entra en la cabeza la nueva situación, la ex se mete, insiste, escarba, espía, especula, se desvive por correrse del lugar secundario que le asignaron en la vida de la nueva familia y acumula el resentimiento, a más no poder, como una olla a presión. Importa poco que cada unx de nosotrxs, personalmente, suscriba o no suscriba a semejante representación, implacable en su crueldad, y que le quita a la ex toda posibilidad de existir como no sea en referencia a, en relación (de desventaja, de sometimiento) con un ex marido que no la quiere en su vida. Y que la ve, no como la madre de sus hijos ni como una compañera del pasado, sino la mayoría de las veces como una sanguijuela que le chupa la sangre a través de ese instrumento legal que es la cuota alimentaria.

No tiene tantos años de edad la figura de la ex, pero ese imaginario colectivo que plasma la televisión ya le tiene destinado un lugar mucho más insoportable que el que antaño ocupara la suegra, y si no vean esos ejemplos locales que son la ex de Peto Menahem en Señores Papis, incansable en su intención de sabotear el deseo de la nueva pareja de tener otro bebé porque eso la dejaría en desventaja económica, o la ex de Dady Brieva en Guapas, una psicóloga que bordea lo psycho y que se pone a analizar a Natalita, la hija de la novia nueva de su ex, para decirle cosas tan escandalosas como que su madre es una “mujer fálica”. La ex de Peto, la ex de Dady: ni siquiera es tan fácil recordar que la ex tiene nombre, arrinconada siempre en algún costadito oscuro de ese sistema solar –el de la familia ensamblada, con mis hijxs, los tuyxs, mi ex, tu ex, y toda la parentela que sigue como vagón de cola– que tiene como centro radiante, único y permanente, al hombre. Por eso es de celebrar que Trophy Wife, la nueva serie de Sony que se propone contar la vida de una ex party-girl ahora casada con un exitoso abogado que ya tiene dos exes en su haber, brille con los grandes personajes que componen esas mujeres y se opaque cuando se trata de darle protagonismo a la nueva esposa Kate (Malin Akerman), una rubia que es la viva imagen de la rubia tarada. Con cuerpo de modelo, cabello oxigenado y una sonrisa deslumbrante como un sol, Kate todavía no encuentra un lugar propio en una vida copada por dos morochas varios años más grandes que ella y que están todo el tiempo a punto de nockearla.

Porque la verdad, lo del marido de Kate (Bradley Whitford) es casi poligamia: padre de tres hijos que tuvo con Diane (Marcia Gay Harden) y Jackie (Michaela Watkins), habita una casa enorme y confortable en el típico suburbio arbolado. La casa, que tiene una cocina enorme, una pileta envidiable y varias comodidades más, es demasiado vulnerable sin embargo a las entradas y salidas de las ex, que la invaden y abandonan a su voluntad y que no dejan de intervenir en los desayunos familiares y la vida de la nueva pareja, que se aparecen de sorpresa en una fiesta a la que nadie las había invitado (y una de ellas, encima, tiene sexo con un empleado del marido en el mismísimo escritorio donde ahora trabaja su ex) o que escuchan incluso las conversaciones de Kate y Pete desde una pantalla de Skype. La única habitación que permanece vedada al ingreso de las exes es la pieza donde duerme el matrimonio, pero bueno, quizás es sólo cuestión de tiempo conquistar ese espacio para estas mujeres aguerridas, como fantasmas demasiado reales a los que se les cierra la puerta en la cara y se cuelan por una ventana.

© 2000-2022 www.pagina12.com.ar|República Argentina|Todos los Derechos Reservados

Sitio desarrollado con software libre GNU/Linux.