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Viernes, 17 de octubre de 2014
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El nuevo Palermo Viejo

Por Victoria Lescano
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Cual integrantes de un club orgulloso de su escudo –un pájaro–, los integrantes del “Grupo Palermo Viejo” presentaron su mapa oficial, una tirada de 100.000 ejemplares impresa en tonos celeste y blanco y que agrupa a 120 firmas actuales –y algunas históricas– de diseño de indumentaria, diseño de interiores y de gastronomía anclados en ese barrio pionero de los circuitos de moda enlazados con la gastronomía desde 1990 y cuya fisonomía inicial fue mutando drásticamente. Fue en el primer piso del bar Ninina Bakery, en la calle Gorriti, con su fachada de azulejos blancos y luminarias de cobre, desayuno delicioso mediante, donde un pequeño grupo de oradores, del CEO de Jazmín Chebar, Claudio Drescher, al diseñador Martín Churba, pasando por Ramiro López Serrot, socio y pareja de la diseñadora Cora Groppo, y Fernando Bach, el diseñador de la tienda Elementos Argentinos, ahondaron en destacar las señas particulares de Palermo Viejo. Unos y otros aludieron tanto a la identidad y al estilo argentino, señalaron sus habituales recorridos por el barrio, así como también destacaron la búsqueda de un diálogo conjunto y casi en tándem para las estrategias de difusión y de venta que predica cada tienda. Según Drescher: “Palermo Viejo es una gran experiencia cultural y comercial a cielo abierto, que se complementa con una amplia variedad de ferias, galerías de arte y espacios verdes. Tiene calles tranquilas, muchas de ellas, con sus empedrados, aún conservan ese aire de barrio tan característico de Buenos Aires. Se mezclan los locales de diseño y los restaurantes con menú de autor, los bodegones, las parrillas y los salones más modernos”. La disertación de Churba, el diseñador de Tramando en relación con Palermo, puso énfasis en sus comienzos en la moda junto a Jessica Trosman y desde un minúsculo local de la calle Armenia y Soler, al tiempo que aportó una postal de los comienzos del estilo de Palermo. Corría 1997 y Trosman Churba ancló en el pequeño local antes llamado Industrial Standard, que supo

exhibir sus piezas con reciclaje del diseñador industrial Alejandro Sarmiento. Allí, y para difundir su tienda en una cuadra no muy poblada de transeúntes y devotos del diseño, Jessica y Martín dispusieron en la puerta del local unas estructuras inflables con apariencia de humano similares a las que exhiben las estaciones de servicio dispuestas en carreteras, pero además hicieron las primeras muestras y vidrieras en colaboración con artistas. Por entonces, el mapa de moda espontáneo de Palermo admitía una docena de firmas que tenían en común la búsqueda por diferenciarse de la uniformidad de las tiendas del mainstream y de los shoppings. Ancladas en garajes de casas tipo chorizo o en locaciones de talleres, desde sus vidrieras y apuestas textiles predicaron modismos caseros, un rescate de tesoros e imaginarios de la infancia, la escasez de recursos y la abundancia de ingenio. Es vox populi que unos años más tarde del desembarco de Dam (ahora fusionada con Chicco Ruiz), Juana de Arco (la firma que conserva su local original y que fue remozado pero sin renunciar a la estética arts & crafts), Fortunata Alegría (la marca de Marcela Paolantonion que circa 2013 mutó en China, una encantadora tienda de la calle Gurruchaga revestida en cartón) y la tienda Salsipuedes, entre otras, arribaron docenas de firmas de los centros de compras y que el barrio cambió su fisonomía indie. También es ineludible destacar que las nuevas generaciones de diseñadores salieron a surfear los cambios en la industria y las exigencias de los consumidores para renovar sus prédicas.

Volviendo a las postales del vintage reciente de Palermo, se impone la tienda de Nadine Zlotogora, que con sus cultos a los hilados y la producción artesanal fue una meca para los extranjeros que a mediados de 2000 poblaban Palermo. Muchos de esos clientes aún consumen Nadine en los pop up stores que la diseñadora Cecilia Gadea organiza en su tienda a puertas cerradas de la calle Borges. La mirada revisionista de los comienzos de Palermo Viejo tampoco puede omitir a La Pasionaria –con su majestuoso local y subsuelo en la calle Aráoz, pionera en predicar modismos del art déco, del diseño vintage, así como supo convivir con otros modismos imperantes en la zona: las devotas de los estilos de Asia y de la India y el folk trasladado a los aledaños de la plaza de la calle Costa Rica y Malabia ni tampoco al “Festival Buen día”, con sus desfiles de moda, conciertos de rock y puestos de comida–. Churba también destacó que su regreso a Palermo fue varios años más tarde, que su principal tienda y casa matriz está anclada en Recoleta y que para ello recurrió a un local que funciona como taller y laboratorio: en la inauguración lxs invitadxs pudieron recurrir al gesto de hacer estampas en sus ropas. Los actuales representantes de Palermo Viejo se pronunciaron defensores del apodo Palermo Viejo y detractores de las denominaciones Soho, Hollywood o Queens que los agentes inmobiliarios y los cultores del marketing intentan imponer. Luego de pronunciarse por las acciones conjuntas (de cruces interdisciplinarios en las vidrieras que iniciaron en 2013, junto con la asociación que agrupa a expertos en déco, Dara), varios de los diseñadores agrupados en la asociación civil y barrial posaron para la foto de prensa: Verónica Alfié, Valeria Pesqueira, Carla Di Sí, Cora Groppo, Marcelo Cantón, Diego Romero –uno de los fundadores de Ay not dead–, Josefina Ferroni y Jazmín Chebar. La página oficial del grupo que con dedicación coordina Silvia Gil (www.palermoviejo.org) admite un listado actual de las marcas, sus locaciones, los eventos que las agrupan, las promociones y acciones tanto para clientes, habitués y visitantes, entre ellas un desfile colectivo en aledaños de la calle Gurruchaga y el pasaje Santa Rosa organizado por el circuito de diseño.

Otra arista de las prédicas barriales y su estilo la compone la publicación Amo Villa Crespo, una publicación barrial cruza con fanzine, editada desde 2014 por Agustina Stegmayer y Marinha Villalobos y que indaga en la ruta gastronómica, la historia del barrio y sus habitantes, así como también suma un mapa del circuito de galerías de arte.

www.amovillacrespo.com.ar

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