Ingrid Beck se las ingenia para encontrarle el costado irreverente a todo. “Para el humor no hay lÃmitesâ€, le dijo a Eduardo Feinmann por Radio 10 cuando el periodista la atacaba por la tapa del último número de Barcelona, la revista que dirige. Ahà se ve al Papa con los labios pintados y el tÃtulo: “Putazoâ€, en referencia al amague de apertura hacia los homosexuales previo al SÃnodo de Obispos. “¿Por qué le faltaron asà el respeto al Papa?â€, fue la primera pregunta que le hizo el tipo, para romper el hielo. Y le siguió una andanada de agravios. De nada sirvió que ella explicara, más de una vez, que era “una ironÃaâ€. Ingrid arguyó también que es la Iglesia Católica –“una institución obsoleta, anticuada y conservadoraâ€â€“ la que le falta el respeto a “una enorme comunidadâ€. Fue apenas una muestra de lo que se venÃa: insultos por las redes sociales y la censura de Facebook a la fan page de la revista dejaron en evidencia que el lÃmite –de unos cuantos– es el Santo Padre, que vive en Roma pero –ése parece ser el dato fundamental– es argentino.
Más tarde, Ingrid explicó que –tras conversarlo con sus compañeros de la revista– habÃa decidido hacer la entrevista con Feinmann porque le parecÃa que podÃa servir para promocionar la Barcelona, que como todas las publicaciones independientes atraviesa dificultades económicas. “Espero que todo este lÃo repercuta en mayores ventas para la revista, porque cada número puede ser el último.â€
Que la Barcelona deje de salir sà serÃa un pecado. Desde 2003 se convirtió en una trinchera de incorrección polÃtica que arrasa con discursos preconcebidos. Y cada vez más, sobre todo tras la ida de Pablo Marchetti, Ingrid Beck es su cara visible. La muerte de Néstor Kirchner trajo una de esas tapas que se califican como polémica: caracterizado como Jim Morrison, con el tÃtulo “Néstor not deadâ€, algunos la consideraron “una falta de respetoâ€. Tras el asesinato de Kevin Molina, el nene de la Villa Zavaleta que murió en medio de un tiroteo, pusieron la foto del chico de ocho años y el tÃtulo: “Algo habrá hechoâ€.
Nunca se bajan de la posibilidad de provocar, y saben que la única forma de hacerlo es, justamente, correr los lÃmites. Asà también mantuvieron en agenda la desaparición de Jorge Julio López y de Luciano Arruga cuando nadie les daba una lÃnea. La columna “¿Qué se hizo para encontrar a Julio López?â€, en la página 2 es, además de desopilante, una denuncia.
Parece que esta vez traspasó todos los lÃmites. O al menos eso dicen. Por eso la insultan. Y ella se refirió a todo el tema en un storify, plataforma que permite compilar varios contenidos de distintas redes para contar una historia. En esa publicación se quejó de la lectura literal de una tapa que toma estereotipos para cuestionarlos. También confesó que “es algo perturbador recibir insultos como ésteâ€: “Sos una malparida, hija de un millón de putas, andate a la concha de tu madre con ese modo de hacer periodismo, basura inmundaâ€. En Facebook le dijeron también: “La culo roto cara de deformeâ€. Ella, en Twitter, se lo tomó con –claro– humor. Y tuiteó: “Lo bueno de los insultos es que ninguno me dice gorda, un tiro para la Justiciaâ€. Y es lógico que haya elegido las redes para expresarse sobre lo ocurrido porque ella es una tuitera a tiempo completo.
Multifacética, Ingrid Beck es mucho más que la directora de la Barcelona. Autora junto a Paula RodrÃguez del antimanual GuÃa (inútil) para madres primerizas, se tomó en solfa otra vaca sagrada de la sociedad occidental y cristiana: la maternidad. Nada de visión edulcorada. Humor para incomodar. También conduce “Con todos al aireâ€, los viernes de 20 a 22, en la 1110 y es panelista del programa de Daddy Brieva por Radio América. En todos lados muestra que el humor es incisivo cuando se aplica, sin miedo, para desenmascarar trampas del poder, no para reÃrse del más débil.
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