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Viernes, 9 de enero de 2004
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M煤sica

Al borde del tiempo

Marcela Benedetti, Viviana Pozzebon, Soledad Escudero y Alejandra Tortosa forman De boca en boca, un grupo coral que rescata esas canciones que han pasado de generaci贸n en generaci贸n, en lugares tan distantes como ex贸ticos, como una manera de acompa帽ar o celebrar momentos de la vida que se repiten circularmente: bodas, partos, el trabajo, la cosecha, el pedido de ayuda a los vecinos. En suma, eso que permanece a lo largo del tiempo y que ellas rescatan con preciosismo para ponerlo en primer plano.

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Por Rosario Bl茅fari

Hace nueve a帽os que estas cuatro cordobesas prestan sus voces a los variados cantos que van coleccionando en su particular repertorio. Presentes desconocidos como realidades paralelas o cercan铆as casi olvidadas vienen a nosotros en la canci贸n haitiana campesina, la africana que celebra la procreaci贸n, las melod铆as del folklore b煤lgaro, de la cultura maor铆, de la hind煤, de la marroqu铆. Con el origen difuso de las cosas lejanas, aparece en medio de esta colecci贸n tambi茅n la baguala, que para el o铆do que ya hizo el ejercicio de escuchar emisiones y fraseos diferentes, brilla tan ex贸tica como lo dem谩s, volviendo inestable el concepto que tenemos de lo ajeno. A trav茅s de la interpretaci贸n del grupo De boca en boca 鈥揹irecta alusi贸n a la transmisi贸n oral de la que son eslab贸n, aunque se piense tambi茅n en un beso鈥, en sus discos y conciertos van pasando las canciones como las p谩ginas de una enciclopedia sensible y viviente donde las ilustraciones sonoras son el hechizo principal. Sin embargo, es muy importante la breve introducci贸n que anteponen al canto, un texto que a帽ade la informaci贸n necesaria para ubicarnos en el espacio y en el tiempo, porque en este recorrido las coordenadas se suceden impetuosas y hay que volver a una especie de punto cero entre tema y tema, como el helado de lim贸n entre plato y plato de los viejos gourmets, para que los sabores sigan distingui茅ndose. As铆 es como uno se entera de algunas cosas y escucha luego con la imaginaci贸n encendida por esos datos: por ejemplo, que los campesinos haitianos cuando tienen que hacer alguna gran tarea en el campo van por los caminos cantando el coumbite, un pedido de ayuda a sus vecinos que implica el compromiso de proveer comida y bebida durante la jornada de trabajo; o escuchamos por primera vez los sutartines, y un conocimiento leve y preciso 鈥損orque ha llegado a trav茅s del est铆mulo encantador del canto鈥 nos queda asociado a esas canciones raras y casi extintas del folklore lituano que entonan tres voces en canon estricto con intervalos disonantes que forman complejos acordes.

Como si se tratara de las voluntarias de alg煤n tipo de sociedad protectora musical, rescatan especies en extinci贸n: aquellos cantos al borde del tiempo que amenazan perderse si cesan de entonarse. En este caso, conocemos a las especies en el cautiverio de la interpretaci贸n esc茅nica, ya que todos los motivos que dan origen a estos versos y melod铆as no est谩n presentes: la procreaci贸n, una boda, un pedido o alg煤n otro episodio que act煤a como disparador real. Este tipo de funcionalidad, que es una de las caracter铆sticas de la selecci贸n que hacen, es algo que para una de ellas, Alejandra Tortosa, tiene que ver con cierto despojo voluntario de las pretensiones art铆sticas que en los m煤sicos muchas veces revela algo de ego铆smo para con el que escucha. Soledad Escudero agrega que los arreglos siempre est谩n relacionados con la esencia del tema porque les interesa preservar lo que ella llama sencillez 鈥搚 hace falta revisar la idea que tenemos de sencillo鈥. Eso es lo que las atrae de hacer esta m煤sica, lo que sienten que nunca se agota.
鈥淐uando estamos pensando en un disco o en un concierto especial entonces invitamos a algunos m煤sicos, contrabajo, marimba, guitarra. Cuando salimos solas, llevamos tambores, acorde贸n, charango, flautas. Los temas de los dos primeros discos han sido de voces y percusi贸n sobre todo, aunque hubo m煤sicos invitados, pero la idea del tercero es que el acompa帽amiento gane lugar, que haya una banda鈥, cuenta Marcela Benedetti. A prop贸sito, en el 煤ltimo concierto que dieron en Buenos Aires en el Cervantes en diciembre pasado, invitaron al grupo folkl贸rico de la colectividad armenia de C贸rdoba. Cusan, que significa Trovador, est谩 formado por unos quince m煤sicos que tocan instrumentos armenios: cuerdas, tambores y flautas. 鈥淪u principal objetivo es preservar su m煤sica y que se contin煤e a trav茅s de las generaciones. Tuvimos la suerte de conocerlos y en septiembre tocamos juntos por primera vez en el Teatro San Mart铆n de C贸rdoba. La gente que fue a ver el espect谩culo, sorprendida, se preguntaba ad贸nde estaban metidos, adonde se los pod铆a ir a escuchar, porque ellos hace 35 a帽os que tocaban solo para la colectividad.鈥

Primero fueron las voces y los tambores, el amor de Viviana Pozzeb贸n por los tambores. Y comenzaron investigando la posibilidades musicales de la voz 鈥撯漲ue son infinitas鈥, afirman鈥, la amplitud del timbre, las distintas emisiones. Esa investigaci贸n no fue a partir de lo antropol贸gico sino a nivel vocal, y as铆 fue como inevitablemente desembocaron en el oc茅ano de las etnias de los pueblos, donde se fascinaron con el estudio de melod铆as, la armon铆a, los ruidos, la r铆tmica, todo tan in茅dito como ancestral. Cuando se conocieron, tra铆an mucha experiencia en los m谩s variados g茅neros: rock, m煤sica centroamericana, jazz, folklore, tango, coros polif贸nicos, canto l铆rico, m煤sica barroca, teatro musical, m煤sica contempor谩nea, conocimientos sobre el folklore b煤lgaro. Esa amplitud que creen que puede verse como veleidad o cualquierismo, ellas la reconocen oficio musical, como la causa directa de la enorme ductilidad que necesitan para abordar interpretaciones extremas.

鈥淎l principio hac铆amos esta m煤sica con poca informaci贸n y sin haber ido a ninguno de los lugares de donde hac铆amos temas y en un momento eso nos daba verg眉enza, que quedara como una intromisi贸n irrespetuosa. Nos pusimos a trabajar con un antrop贸logo para que nos ayudara con los textos y descubrimos que as铆 es como circulan en lo cultural las cosas, la gente puede tomar lo que quiere si lo siente, lo que cae en desuso, muere. La historia de los instrumentos esta hecha de llevar, traer y encontrar. Estudiando los tambores africanos nos llam贸 la atenci贸n la historia de un tambor cuadrado: cuando los africanos iban de esclavos a Am茅rica usaron un banco como tambor; por alguna raz贸n alguien volvi贸 a Africa y aquel banco-instrumento volvi贸 a ser un tambor, un tambor cuadrado. Adem谩s, siempre se tocan las culturas. Por los moros en Espa帽a, el Oriente no nos resulta tan lejano. Ninguna cultura es pura y muchas cosas se parecen, por ejemplo, el trompe que tienen los mongoles y los mapuches.鈥

De boca en boca consigue innovar en el terreno de los grupos de voces, muchas veces tan temidos con vicios de exhibicionismo vocal y con arreglos corales enrevesados como lujo innecesario y agobiante. Son, en cambio, un organismo complejo de comunicaci贸n, capaz de reproducir con honestidad 鈥搚 pasi贸n鈥 muestras de tejidos de voz y ritmo, cuerda y golpe, recogidos en los jardines del mundo y el tiempo con el criterio preciosista de un coleccionista que se identifica con cada una de las piezas lucidas con orgullo.

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