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Viernes, 15 de mayo de 2015
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visto y leído ii

La intimidad de la pesquisa

En su cuarta novela, María Teresa Andruetto cede la voz a una comunidad de personajes femeninos en cuya lengua resiste un saber ancestral y antiautoritario.

Por Daniel Gigena
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La nueva novela de la cordobesa María Teresa Andruetto (Arroyo Cabral, 1954) retoma, de manera silente y magistral, la trama de su novela anterior, Lengua madre, en la que una joven exiliada voluntariamente en Munich regresaba a la Patagonia para desarmar la casa en la que su madre acababa de morir. Allí, mediante la lectura de cartas y gracias a testimonios, Julieta llegaba a comprender decisiones maternas hasta ese momento oscuras para ella, pero que irían cobrando un rango heroico inimaginable. En Los manchados, la misma protagonista viaja al noroeste argentino, a la localidad de Tama, en La Rioja, para seguir las huellas del padre. “Cuando publiqué Lengua madre muchos lectores me escribieron para preguntarme por lo que había pasado con el padre de Julieta. Esa pregunta y el poema de Juana Luján que va como epígrafe dispararon la novela. El objetivo era la sinuosa búsqueda de raíces paternas de Julieta, pero no sabía adónde iba; nunca trazo un plan para las novelas, tengo un punto de arranque, algo que escucho en la realidad o hacia adentro de mí o una imagen. Me dejo llevar por eso y, si tengo suerte y sopla el viento a favor, a lo largo de un tiempo, lentamente, la novela se va desplegando”, comenta la multipremiada autora, ganadora en 2012 del premio Hans Christian Andersen por sus relatos para niñxs y jóvenes.

En Los manchados no son ya cartas sino los relatos contados a la joven por los habitantes de Tama, un pueblo de mineros, los que ocupan el espacio de la novela. En esa “tierra donde son madres solteras todas, todos hijos e hijas sin padre conocido, porque aquí, en este desierto –como dice Milagro Linares, una de las voces convocadas por la joven en su pesquisa íntima–, el padre no es más que el nombre de un hombre...”, Julieta intentará rehacer el sendero paterno. Dado que la primera novela de Andruetto se llama Tama, con Los manchados empieza a funcionar en su literatura una especie de puente interno entre ficciones y al mismo tiempo la pista de una protagonista invisible que atraviesa el país de sur a norte en busca de la identidad perdida, de la verdad histórica y de una lengua despreciada por el poder. “Las mujeres que hablándole a Julieta de sus ancestros y de Tama hablan también de ellas mismas son mujeres doblemente sometidas, sexual y laboralmente, aprovechadas, despreciadas, muchas veces despojadas hasta de sus hijos y a la vez son también en ciertos aspectos mujeres fuertes –señala Andruetto sobre los personajes femeninos de su novela–. Algo resiste en ellas y eso que en ellas resiste no es sólo de ellas; es, me parece, aun en el desconocimiento y el no saber letrado, una conciencia de clase, una cultura que se niega a morir.” Emérita, Arminda, la hermana Dora, Milagro, Petrona Paula alumbran para Julieta una genealogía paterna en la que lo único nítido parece ser el alcance de una comunidad de mujeres (algunas de ellas esquivas y un poco fantasiosas, viejas que “cuando quieren, saben enredar el hilo o desmadejar el ovillo”) por la que una mancha “viaja, se disminuye o se esconde, pero aunque escondida sigue ahí, como el dolor y la vergüenza”. Esa mancha humilla pero también confirma un linaje: el de los antiguos.

Las ficciones de Andruetto son como regiones hospitalarias en las que la autora presta su oficio de médium para que distintas voces contrapongan costumbres, culturas e ideologías, incluso maneras de contar la historia. (En el archivo histórico del pueblo del Chacho Peñaloza, un funcionario declara ante Julieta: “Lo cierto, Julieta, es que los ingleses y sus secuaces del puerto terminaron haciendo este país a su manera, sin importarles lo que buscaban los padres de nuestros padres ni lo que necesitamos nosotros”.) En Los manchados, esa hospitalidad se convierte en un gesto ético por el modo en que la narración acorta distancias y crea una afinidad estrecha con los personajes.

Los manchados (Literatura Random House)
María Teresa Andruetto

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