Por un lado el artificio de tubos plásticos señalizadores del caos en rutas delineando los senderos de la pasarela que simuló tránsito citadino en el espacio El Dorrego y en simultáneo, la fusión de ruidos mecánicos y banda sonora con eje en tres ciudades producida por Todd Shalom y Vivi Pedraglia basándose en sonidos grabados con celulares.
En cuestión de prendas, Opus siete (colección número siete de MartÃn Churba y su equipo interdisciplinario en Tramando) no fue menos cautivante.
En el comienzo, una hipotética guardia de tránsito con apariencia de femme fatal (camisa blanca, petit chaleco y corbata en grises plus escarpines de taco alto en púrpura). Y luego, y al ritmo de la música inquietante, la sinfonÃa de moda conjugó por partes iguales androginia vs. chicas fatales, texturas brillantes vs. texturas opacas, siluetas achupinadas contrastadas con otras de talla exagerada en docenas de prendas resultantes de la resignificación de los clásicos del placard masculino (léase camisa blanca, corbata y chaleco, que irrumpieron en simulaciones y estampas sobre clásicos del placard femenino).
La prenda más emblemática de estos ejercicios de estilo sobre género pero también sobre la historia textil de la marca remite a un minivestido gris donde una corbata apareció sugerida en el frente y se exaltó desde los agujeros de un suéter en lÃnea baloon. O, un jumper con estampas en degradée de grises y otro ya en púrpura, que simulaba volúmenes con efectos de calor.
Hubo además chaquetas cortas con citas a Oriente y a las clásicas lÃneas de Balenciaga. Las notas admitieron vestidos de noche en blanco, negro y plateado ornamentados con pedrerÃa falsa y por termofusión y un apartado trash, para alta discoteca, pantalones muy ajustados con fulgores plateados y negros y a modo de tops, chaquetas o buzos al tono y collares con artilugios textiles.
El diseñador rescató en su lÃnea argumental influencias de la arquitecta iraquà Zaha Hadid, autora de la estación de Bomberos de BerlÃn, o una reciente base de operaciones de BMW y también varios proyectos geniales que nunca se construyeron. Al cierre, las prendas de la colección emergieron –auspicio mediante– en mujeres reales, esta vez las del entorno del diseñador: su mamá Lidia con atavÃos plateados casi rockeros y la arquitecta y académica de diseño Andrea Saltzman con trench con innovaciones textiles y coloridas.
© 2000-2022 www.pagina12.com.ar|República Argentina|Todos los Derechos Reservados
Sitio desarrollado con software libre GNU/Linux.