Imprimir|Regresar a la nota
Viernes, 11 de enero de 2002
logo las12

La solidaria

Por Sandra Russo
/fotos/las12/20020111/notas_12/tipas.jpg
–Hola, ¿con quién hablo?
–¿Con quién quiere hablar?
–Con Susana Pirro.
–Ella no está en este momento.
–¿Hoy no fue a trabajar?
–Sí, pero en este momento no está.
–¿Cuándo vuelve?
–No sé.
–¿Hace mucho que salió?
–No sé.
–¿En cuánto le parece que vuelva a llamar? ¿Media hora?
–Llame cuando quiera, no sé.
–¿Puedo dejar un mensaje?
–Sí, cómo no.
–Dígale que la llamó la mujer del tipo con el que se está revolcando.
–Mire, señora...
–Y dígale que ella no es la primera ni la última. Mi marido siempre se las ingenia para conseguirse a alguna estúpida que le crea.
–Mire, señora...
–Y dígale que si no lo deja a tiempo, la va a volver loca. Yo sé lo que le digo. Lo sé por experiencia.
–Señora, no creo que yo sea la persona indicada para transmitir ese tipo de mensajes.
–¿Por qué? ¿También se acuesta con tu marido?
–No, señora, pero Susana Pirro trabaja en otra sección.
–No importa. Vos decile que ese hombre no le conviene. A mí la mujer anterior también me quiso avisar y yo no la escuché.
–¿Qué mujer anterior?
–La mujer anterior, la que estaba casada con él antes que yo.
–¿Pero cómo?
–Yo era la amante, como Susana Pirro ahora.
–¿Y qué pasó?
–Que se separó y se casó conmigo.
–¿Y no fueron bien las cosas?
–¡Qué manera elegante de decir que este tipo me arruinó la vida! Mirá: es amarrete, sucio, mentiroso, grosero, corrupto, atorrante, y además ronca. No sabés lo que es ese hombre, la peste bubónica, el infierno.
–¿Y entonces por qué sigue casada?
–Qué sé yo, costumbre. Pero decile a Susana Pirro que después no diga que no le avisé. Por ahí ella, pobre, está ilusionada.
–¿Usted la está llamando a Susana para hacerle un favor?
–¡Y qué te parece, querida! ¡Que se salve! Me olvidé de decirte: es haragán, inescrupuloso, aburrido, falso, burrero. Un asco de hombre.
–Pero señora, ¡sepárese!
–Ya me voy a separar, querida, ya me voy a separar. Estoy en eso. Pero decile a Susana Pirro que no se deje engañar. Ese hombre no nos merece.
–Bueno, señora, le digo.
–Gracias, querida.
–No hay por qué.

© 2000-2022 www.pagina12.com.ar|República Argentina|Todos los Derechos Reservados

Sitio desarrollado con software libre GNU/Linux.