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Viernes, 9 de octubre de 2015
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#Niunamenos lo hizo posible

Por Dinora Gebennini*
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La movilizaci贸n #Niunamenos demostr贸 la exigencia masiva al Estado de redoblar esfuerzos para la erradicaci贸n de la violencia hacia las mujeres. Esta conciencia es el resultado del trabajo que durante treinta a帽os ha realizado el movimiento de mujeres desde aquel primer Encuentro Nacional que reuni贸 casi mil mujeres en Buenos Aires en 1986. Una numerosa comisi贸n organizadora compuesta por mujeres de partidos pol铆ticos, grupos feministas, organismos de derechos humanos y sindicatos gener贸, entonces, un espacio autogestivo, multisectorial, horizontal y federal que recorri贸 el pa铆s develando las opresiones, elaborando teor铆a, proponiendo soluciones, y consolidando una pr谩ctica que se profundiz贸 y extendi贸 como mancha de aceite hasta llegar a las decenas de miles que hoy se movilizan a Mar del Plata.

El crecimiento se fue dando a la intemperie, sin que el Estado ni los medios registraran el hecho. El tema de la violencia contra las mujeres es un fen贸meno hoy reconocido, gracias a la movilizaci贸n de las propias mujeres. Sin embargo vemos que el problema es m谩s complejo: la violencia hacia las mujeres tiene vasos comunicantes con otras violencias presentes en la vida cotidiana: violencia contra los ni帽os y ni帽as, contra adultxs mayores, entre ni帽xs y j贸venes, trata de personas, y distintos tipos de agresiones sociales. El denominador com煤n es que todas estas violencias son ejercidas contra los sectores sociales o las personas consideradas m谩s vulnerables, fr谩giles o con menos recursos. Y entonces debemos preguntarnos cu谩les son los elementos culturales que permiten naturalizar esas violencias. En primer lugar, la violencia ejercida por el Estado en la dictadura y la impunidad para el secuestro, la tortura y la desaparici贸n de personas son el antecedente que con m谩s fuerza atraves贸 nuestra sociedad.

Lo primero es ampliar los recursos, con presupuestos acordes a la magnitud del problema y reconocer que se trata de un problema social grave que merece la declaraci贸n de emergencia nacional. Hay que poner 茅nfasis en la situaci贸n de los varones y en que se promuevan nuevas formas de masculinidad, propiciando debates y reflexionando sobre formas de actuar que no respondan al mandato at谩vico de la dominaci贸n masculina. Adem谩s si bien el Estado debe garantizar los medios para la soluci贸n del problema, la responsabilidad no es solo del estado, es de todxs nosotrxs, si queremos modificar las pautas culturales siguiendo un enfoque de derechos y refutando la ideolog铆a patriarcal que sustenta el odio y la violencia.

*Soci贸loga feminista y pionera integrante de la comisi贸n organizadora del Primer Encuentro de Mujeres en la Ciudad de Buenos Aires.

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