Página/12 :: las12 :: El juego de las (no) diferencias

Bill Clinton tuvo una relación sexual oral con la becaria de la Casa Blanca Mónica Lewinsky cuando era presidente de Estados Unidos.
Clinton primero negó la relación y, después, en 1998, admitió el affaire y explicó que había mentido porque le daba vergüenza haber mantenido una relación extramatrimonial y sostuvo que había tenido un grave e indefendible error.
El propio senador demócrata Joseph Lieberman, lo acusó: “Hizo una inmoralidad con profundas consecuencias para el país que manda un mensaje de un comportamiento inaceptable para las familias americanas, particularmente para los niños”.
La amante de Clinton, Mónica Lewinsky, ahora tiene 32 años y acaba de obtener un master en psicología social en Londres con una tesis titulada “En busca de un jurado imparcial”. La esposa de Clinton, Hillary Rodham, es la precandidata demócrata con más chances de convertirse en la futura presidenta norteamericana.
Según la periodista Maureen Dowd del diario The New York Times, Hillary Clinton se vio beneficiada por esa infidelidad. “Ella tuvo muchos detractores que le achacaban ser demasiado controladora y poderosa y, por eso, nunca hubiera llegado tan lejos en política si no hubiese ocurrido el escándalo Lewinsky.”

Moshe Katzav es acusado de violar a una secretaria cuando era secretario de Turismo y de violar y acosar sexualmente a otras empleadas durante su gestión como presidente de Israel, que comenzó en el 2000.
Katzav niega todos las acusaciones. Asegura que se trata de un complot de la prensa y de una caza de brujas en su contra. Se niega a renunciar definitivamente a su cargo y desprenderse de los fueros para ser investigado.
El fiscal Mehahem Mazuz recomendó que el presidente sea inculpado por violación (un delito que tiene una pena de tres a dieciséis años de prisión), acoso sexual y otros delitos. Espera a escucharlo para ver si pide su procesamiento.
“A” es la inicial que identifica a una de las denunciantes que acusó a Katzav de violarla en la residencia presidencial bajo la amenaza de despedirla. Los abogados del presidente disparan contra las mujeres acusadoras y preparan información para acusarlas de dudosa moral y costumbres liberales.