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Lunes, 29 de diciembre de 2003
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PARA BIANCHI, NO TIENE GANADO EL PUESTO

Carlos Marinelli, el enganche con el que sueña Boca para el 2004

Es el primer refuerzo de Boca para la próxima temporada y los hinchas esperan que se transforme en un jugador determinante. Pero el entrenador Carlos Bianchi lo tratará como uno que tendrá que ganarse el puesto.

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Carlos Marinelli en su presentacion, junto al presidente de Boca.
Por Facundo Martinez

Zurdo, enganche y talentoso, Carlos Marinelli es el flamante primer refuerzo de Boca para la segunda mitad de la temporada 2003/4. Pero no se trata de un refuerzo más, que viene a sumar sus habilidades al plantel que lidera Carlos Bianchi, sino de uno que vuelve y que está muy identificado con el club, donde hizo parte de las inferiores, antes de ser vendido al Middlesbrough inglés, en 1999, a cambio de 4 millones de dólares, cuando apenas tenía 17 años y un solo partido en reserva. Su incorporación será a préstamo por seis meses, con una opción de compra para Boca de una parte del pase que pertenece al propio jugador, quien seguramente será una de las cartas fuertes del equipo que tendrá como principal objetivo la obtención de la próxima edición de la Copa Libertadores.
“Me fui del país con el sabor amargo de no poder jugar en la Primera de Boca. Ahora quiero hacerlo mejor para poder quedarme”, señaló Marinelli el mismo día que el presidente del club, Mauricio Macri, lo presentó oficialmente. Marinelli, de 21 años, descubierto por Ramón Maddoni, que fue quien lo tuvo en el club Parque, había llegado por primera vez a Boca en 1997, con 14 años, proveniente de Argentinos junto a un grupo de juveniles, entre los que figuraban Juan Román Riquelme, César La Paglia, Fabricio Coloccini, Pablo Islas y Emanuel Ruiz. Entonces ya se hablaba de su talento natural, de su refinada pegada y sus espectaculares cambios de frente, aunque sólo llegó a jugar un partido en reserva, ante Independiente, antes de partir rumbo a Europa.
“Soy un enganche clásico, aunque en Inglaterra jugué de carrilero por ambos lados.” Actuó en 43 partidos y marcó 4 goles, antes de sufrir una rotura de ligamentos. “Quizás la diferencia que exista entre mi anterior paso por Boca y éste que vamos a iniciar es que ahora tengo una buena experiencia de mi paso por el fútbol europeo”, sostiene Marinelli, quien sin lugar en el club inglés fue cedido a préstamo al Torino de Italia, donde jugó 12 partidos por la temporada 2002/3, sin convertir tantos.
Hincha fanático de Boca –su papá, Héctor, jugó dos partidos en Boca en 1965 (contra Racing y Lanús) y su hermano lidera una peña boquense en Villa de Mayo–, para Marinelli no será fácil hacerse de un lugar entre los titulares. Tendrá que luchar el puesto con el hoy en alza Matías Donnet y con Miguel Caneo, el juvenil mimado de Bianchi; aunque por su posición también deberá dejar atrás a César La Paglia, quizás el jugador de Boca con más ansias de revancha, aunque todos los años los directivos especulan con venderlo al exterior. “Sé que en Boca hay grandes jugadores, pero también sé que hay muchos torneos para jugar, así que ahora me quiero poner bien físicamente para ganarme un lugar. Creo que ahora estoy lo suficiente maduro para afrontar este desafío”, dijo la nueva estrella boquense, quien el próximo 2 de enero deberá presentarse en Casa Amarilla para comenzar con la pretemporada junto a los juveniles. Después se sumará a los profesionales, quienes arrancarán unos días más tarde, en dos tandas.
“Es un zurdo interesante, que puede desequilibrar ofensivamente”, comentó el propio Bianchi, quien se mostró muy entusiasmado con el nuevo refuerzo y hasta comenzó a imaginar un equipo con Marinelli recostado sobre la derecha: la misma posición en la que el entrenador hacía jugar a Walter Gaitán, también zurdo, durante la temporada 2001. Pero lo cierto es que, más allá de las expectativas de los hinchas boquenses, colmadas con el arribo de Marinelli –¡un refuerzo de jerarquía!–, para el técnico el enganche será uno más en el plantel, uno que, como los otros, tendrá que ganarse el puesto, ser el mejor entre sus pares y responder bien físicamente, por supuesto.

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