Lunes, 7 de febrero de 2005
OPINION
Entre el agrande y el arrugue
Por juan jose panno
El baile que les pegaron los juniors de Boca a los seniors de River abrió un gran optimismo en el bosterÃo de cara al próximo torneo.
Como contrapartida, la sequÃa en los torneos de verano, sumada a la derrota inapelable en el superclásico de Mendoza, generó una fuerte corriente de escepticismo en el gallinaje.
Jorge BenÃtez y Leonardo Astrada hacen esfuerzos para evitar agrandamientos y arrugues en los jugadores de los respectivos planteles, porque saben que todavÃa no llegó la hora de la verdad y cualquier sensación apresurada puede pagarse cara.
Cree el enfervorizado hincha de Boca promedio que hay que darle ya mismo el carnet de la jubilación a Cagna, Cascini, Schiavi y compañÃa para dejarles lugar a Gago, Ledesma y demás divinos tesoros surgidos de las divisiones menores. El Chino BenÃtez, que es de los que piensan que los pibes ganan partidos y los grandes campeonatos, insiste con el colombiano Giovanni Hernández, que a los 28 años combina talento, experiencia y buen estado fÃsico. “Necesito un engancheâ€, reitera el entrenador mientras los dirigentes se hacen los giles porque miran desde atrás de la caja registradora. BenÃtez también necesita mucha frialdad para poder armar el mix de pibes y jovatos sin generar peligrosas divisiones generacionales. Hay varios pibes que piden pista, pero los apuros suelen provocar aterrizajes de emergencia. Paso a paso, el Chino BenÃtez puede armar un equipo interesante, pero nadie deberá equivocarse: el baile en el clásico fue una golondrina de verano.
Cree el hincha de River promedio que el panorama viene complicado porque la ida de Maxi López redujo el poder ofensivo y porque no llegan algunos refuerzos pedidos por el entrenador. Pero si se repasan los nombres se verá que los de la banda tienen la chance de armar un mediocampo extraordinario (Patiño, Mascherano, Lucho González, Gallardo), capaz de generar juego y muchas situaciones de gol. Lo demás dependerá de lo que produzcan FarÃas-Salas, que alternarán con la Gata Fernández y Sand. El DT deberá trabajar para solidificar los laterales y lograr que Ameli juegue más y prepotee menos.
Boca y River no se sacan ventajas. Con lo que tienen –y a pesar de lo que puede faltarles–, ambos equipos están un escalón por encima del resto. Es lo de siempre.
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