Lunes, 5 de septiembre de 2005
Armando a Messi
Por Juan Jos茅 Panno

A los diez minutos de iniciado el partido de Paraguay y Argentina, un ansioso relator de la televisi贸n, un poquito en broma y mucho en serio, pidi贸 el ingreso de Lionel Messi. Ya en el segundo tiempo, con el 1-0 casi clavado, empez贸 a reclamar con insistencia. Los argentinos que estaban en el Defensores del Chaco tambi茅n le exigieron al entrenador el ingreso de la nueva estrellita. Hinchas al fin, quienes lo ve铆amos por TV tambi茅n dese谩bamos la entrada del pibe, mientras las c谩maras enfocaban el calentamiento, ignorando por completo a los dem谩s suplentes. Jos茅 Pekerman termin贸 respondiendo al sentimiento generalizado, al imaginario colectivo que hac铆a creer que Messi agarraba la pelota, empezaba a gambetear paraguayos desde la mitad de la cancha a lo Maradona y defin铆a con un toque cruzado ante la salida de Villar.
Messi casi no la toc贸. Meti贸 un buen pase al costado para D鈥橝lessandro en una jugada que no termin贸 en nada, se le escap贸 una pelota que luego pele贸, recuper贸 y enseguida volvi贸 a perder y nada m谩s. Eso fue todo. Tampoco pod铆a esperarse demasiado por el poco tiempo que estuvo en la cancha y por las circunstancias en las que se enmarcaba el partido. Ya en fr铆o, sin micr贸fonos de periodistas, ante la inapelable mirada del espejo, Jos茅 Pekerman debi贸 haberse preguntado: 鈥溌縃ice bien en ponerlo al pibe?
驴No le habr茅 dado demasiada responsabilidad? 驴No habr茅 sido demasiado permeable? 驴No era mejor guardarlo para un partido m谩s tranquilo?鈥.
La pregunta del mill贸n es c贸mo se hace para llevarlo de a poquito y no meterle presi贸n. La respuesta 鈥搒abe muy bien Pekerman鈥 no es sencilla. Messi tuvo una actuaci贸n deslumbrante en el Mundial de Holanda, se destac贸 n铆tidamente entre sus compa帽eros, fue el mejor jugador del campeonato y el goleador, y se perfil贸 como la gran figurita del futuro inmediato.
R谩pida, presurosamente, con la misma ansiedad del relator que lo ped铆a el s谩bado, empezaron a trazarse paralelos con Maradona y mucho m谩s cuando su debut internacional se produjo ante el mismo rival: Hungr铆a. A Pekerman se le debe haber cruzado por la cabeza la imagen de Menotti que lo dej贸 afuera a Maradona en el 鈥78, lo que nunca se le perdon贸 a pesar de que Argentina gan贸 ese mundial.
Messi, debe recordarse, tiene flamantes 18 a帽os (naci贸 en Rosario el 24 de junio de 1987) y m谩s partidos internacionales con el Sub-20 que oficiales en el Barcelona de Espa帽a, el club en el que juega desde los 13 a帽os.
Las biograf铆as m谩s apretadas cuentan que, cuando reci茅n hab铆a terminado el primario y med铆a menos de un metro y medio, sus padres se fueron a vivir a Catalu帽a y lo llevaron a una prueba en el Barcelona. Carlos Rexach lo acept贸 enseguida. Jug贸 en la filial del club hasta que en la temporada pasada lo empezaron a meter de a poquito en algunos partidos. Si se suman todos los minutos, no llega a completar una hora y media. El 煤nico encuentro que jug贸 casi 铆ntegramente fue hace poco en la Copa Joan Gamper en el Barcelona, contra Juventus. La secuencia de sus partidos oficiales entre mayores queda, entonces, as铆: varios pedacitos de partidos ya definidos por la Liga espa帽ola, un par de la Champions League y un minuto contra Hungr铆a (hasta que lo expulsaron injustamente).
Con este curr铆culum, con estos 煤nicos antecedentes, Pekerman lo mand贸 a la cancha a los 35 minutos del segundo tiempo del partido en el que Paraguay se estaba jugando la clasificaci贸n para el Mundial y ganaba por 1-0 a un rival que estaba en la cancha con uno menos. No eran, por cierto, las mejores circunstancias para el bautismo internacional. 驴O acaso el pibe Messi puede esquivar la idea de que lo pusieron para salvar un resultado? Se supone, en definitiva, que las condiciones ideales se podr铆an dar mejor en la pr贸xima fecha, cuando Argentina se enfrente a Per煤 鈥搚a eliminado鈥 en Buenos Aires.
No debe ser f谩cil estar en la piel del t茅cnico. Haga lo que haga, ser谩 cuestionado. Porque lo pone, porque no le pone, porque tarda mucho en ponerlo, por lo que sea. Es m谩s: a Pekerman se le va a criticar el manejo de la situaci贸n si el chico no resulta como se viene so帽ando un nuevoMaradona. A los brasile帽os les pas贸 muchas veces despu茅s del retiro de Pel茅: a cualquier figurita que surg铆a se le adjudicaban condiciones de heredero. Y s贸lo lograban perjudicarlo con la comparaci贸n al jugador de moda. Por ac谩 subyace la idea de que ha aparecido por fin el sucesor de Diego. Por suerte todo esto ocurre en un momento en que el verdadero Maradona est谩 pasando por un buen momento y es un mito vivito y coleando con el que se puede establecer cotidianos contactos en la tele. Si Maradona estuviera hoy como hace seis o siete meses, la cabeza de Messi se empezar铆a a llenar de rulos y la mam谩 pasar铆a a ser la Tota ante la mirada de los otros.
Messi, lo demostr贸 entre los juveniles, es crack, tiene un enorme talento, es inteligente, habilidoso, va al frente, es capaz de ponerse el equipo al hombro, no se esconde, aparece en los momentos en que m谩s se lo necesita, tiene un pique corto impresionante, y a pesar de que no posee un f铆sico privilegiado (mide 1.69, pesa 67 kilos) se la banca. Y adem谩s es zurdo: se las arregla con la derecha, pero b谩sicamente es zurdo. Tiene todas las posibilidades para demostrar su calidad en el primer nivel. S贸lo se tratar谩 鈥搉ada m谩s y nada menos鈥 de ayudarlo, acompa帽arlo, cuidarlo, protegerlo, darle el marco adecuado y quitarle presi贸n para que pueda mantener su frescura. Y para que, Diego al margen, se vaya armando solo.
© 2000-2022 www.pagina12.com.ar|República Argentina|Todos los Derechos Reservados
Sitio desarrollado con software libre GNU/Linux.