Lunes, 30 de enero de 2006

La pelota no dobló y River elaboró una goleada clara y contundente. La debilidad del rival le quita un poco de brilló a la victoria, pero se sabe muy bien que no cualquiera mete goles con la facilidad con la que concretó en los dos primeros compromisos en serio de Passarella. Sin Gallardo, pero con un Montenegro inspirado, River lo hizo todo sencillo y se llevó el reconocimiento de los hinchas que colmaron una de las cabeceras del estadio mundialista.

Antes del primer cuarto de hora River ya ganaba 2 a 0 y a todo el mundo le quedó la sensación de que no había más nada que discutir. El equipo de Passarella se había puesto en ventaja en la primera estocada a fondo a los 3 minutos. Patiño metió un excelente pase para Zapata. El volante llegó hasta el fondo, levantó la cabeza y tuvo tiempo y espacio para medir el pase a Montenegro, quien llegaba lanzado en velocidad y se encontró con la pelota que le cayó mansita. Cañonazo y a cobrar. Diez minutos más tarde Montenegro asumió el rol de asistente y después de robar una pelota en tres cuartos de cancha aprovechando la indecisión de Melo se metió por el medio y cambió en el momento justo hacia la izquierda para Patiño, que no tuvo ningún inconveniente en someter a Vivaldo con un tiro bajo.

Con una línea de tres que hacía agua por todos lados, Tiro Federal poco podía hacer para cerrar el grifo de los sostenidos ataques del cuadro visitante. La presencia de De Bruno, Catreño y Campara como tridente ofensivo despierta alguna ilusión en los hinchas rosarinos, pero la pelota les llegaba poco y casi siempre sucia, una papita para los defensores de River que se lucieron en cada salida matizada con pases elegantes a los del medio.

Los goles fueron llegando por decantación, como lógica consecuencia de las distancias entre un equipo motivado, agrandado y con variados recursos técnicos y otro que exponía crudamente sus limitaciones.

El tercero lo hizo Santana, con un potente cabezazo al conectar un corner que había lanzado desde la derecha Montenegro, y el cuarto lo concretó precisamente Montenegro. Volcado sobre la derecha, recibió con libertad y quedó en dupla con Farías frente a dos defensores rosarinos que esperaban desarmados en la puerta del área. Farías arrastró muy bien la marca de uno de esos defensores y Montenegro encaró al otro en velocidad, lo pasó como alambre caído y con un toque lujoso de cachetada hundió un poco más a Vivaldo.

En el segundo tiempo, el técnico de Tiro Federal sacó a Carreño y armó una línea de cuatro, pero el panorama no varió demasiado. Tal vez lo único diferente fue que River levantó un poco el pie del acelerador, aunque no dejó de aproximarse en forma constante hasta los tres palos del pobre Vivaldo.

La síntesis de la fragilidad defensiva del conjunto rosarino se puede encontrar en el quinto gol. En un corner desde la derecha se confabularon los defensores para dejarlo solo a Farías, quien cabeceó la pelota sin dificultades desde el borde del área chica.

La diferencia pudo haber sido aún mayor si Farías hubiera concretado dos mano a mano limpitos. En ambos casos terminó quedándose con la pelota Vivaldo quien había salido a achicar y les puso el cuerpo a dos violentos remates.

En el último tramo del partido entró Lucho Figueroa, pero su presencia pasó casi inadvertida. Todo había terminado mucho antes.

T. FEDERAL-0 Vivaldo Alvarez Melo Luna Aquino Romero Iuvalé Buján De Bruno Campora Carreño DT: O.Del Solar

RIVER-5 Carrizo Ferrari Caceres Gerlo Mareque Santana Ahumada Zapata Patiño Montenegro Farías DT: D.Passarella

Cancha: Central.
Arbitro: Gabriel Favale.
Goles: 3m y 40m Montenegro (R); 13m Patiño (R); 19m Santana (R); 63m Farías (R).
Cambios: 27m A. Fernández por Santana (R); 45m Ruiz por Carreño y Basualdo por Luna (T); 64m Figueroa por Farías (R); 72m Barrios por De Bruno (T); 74m Higuaín por Zapata(R).
Incidencias: 84m se retiró lesionado Ahumada(R)

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