Pudieron ser siete. Si Caranta no hubiera volado para salvar un remate con fuerte amenaza de gol de Acevedo; si Alvarado hubiese tirado un sombrero una talla menor del que le tiró al indefenso arquero de Boca; si Torres le hubiera puesto un poco de tiza a su botÃn zurdo; si el travesaño no hubiera salvado a Boca en un remate de Fernández en el primer tiempo y otro de Silvera en el segundo; si Lavezzi hubiera estado en la cancha cuando Boca decidió suicidarse, San Lorenzo podrÃa haber redondeado la goleada soñada por sus hinchas para lavar definitivamente la herida del último partido en el Gasómetro. No fueron siete, pero tres alcanzaron para que San Lorenzo viviera el domingo más feliz de los últimos tiempos. No fueron siete, pero 3-0 en la Bombonera no es cosa de todos los dÃas y no es para cualquiera. Ramón DÃaz, justamente, no es cualquiera: era el técnico de River en el 2002, la última vez que a Boca le hicieron tres en su propia cancha con un inolvidable gol de Ricardo Rojas. DÃaz fue ayer el técnico de San Lorenzo y aunque, como ya se sabe, los técnicos no juegan, hizo de todo para motivar a sus jugadores y consiguió el objetivo.
La actitud, el amor propio y la entrega para disimular los defectos del equipo azulgrana sirven para empezar a explicar su victoria, aunque se pueden encadenar otras muchas razones si se mira lo bien que jugaron Cristian Ledesma, Rivero y Silvera; lo mal que jugó Clemente RodrÃguez y lo ingenuo que estuvo en la expulsión; lo poco que pesaron los delanteros de Boca; lo mucho que extrañaron a Palacio; lo sólido que se mostró el fondo del Ciclón; lo sorprendente de los cambios que hizo Miguel Angel Russo.
En relación con el último partido, contra Belgrano en el mismo escenario, San Lorenzo hizo dos cambios que le salieron redonditos: Silvera por Jiménez y Rivero por Fernández. Boca movió más la estanterÃa: quedaron en el banco Ibarra, Cardozo y Morel RodrÃguez y entraron el inexperto Villafañe, el voluntarioso Datolo y el frágil Clemente RodrÃguez. El primer tiempo fue parejito, con un poco más de dominio de Boca, llegadas repartidas y la sensación de que el empate era lo más justo. Sin embargo el equipo de Boedo se fue a los vestuarios con un gol en los bolsillos: gambeta de Rivero entre Clemente y Battaglia y centro perfecto para la cabeza de Lavezzi, que tuvo tiempo para elegir el palo y dejar parado a Caranta. Se presumÃa que no iba a resultarle sencillo al equipo visitante sostener el triunfo pero todo se le empezó a facilitar con el cambio de Guillermo por Villafañe, que hizo una grieta en el esquema defensivo, y la expulsión de Clemente RodrÃguez, que terminó de quebrarlo.
El Boca del segundo tiempo fue una mueca grotesca de aquel equipo que habÃa vencido a Independiente una semana atrás. Dos en el fondo para aguantarse los veloces y letales contraataques del rival; tres delanteros aislados y muchos volantes desbordados y Riquelme sin aire, todo enmarcado por la pelea entre la Doce y el resto de los hinchas que discutÃan a los gritos si habÃa que alentar o criticar (ver recuadro).
La Gata Fernández metió el segundo gol cara a cara con el arquero después de un pelotazo larguÃsimo de Torres a las espaldas de Maidana y el Cata DÃaz y liquidó el partido aunque faltaba medio tiempo. Silvera concretó el tercero en una jugada de papi-fútbol con centro atrás del inteligente Burrito y pudo haber más, pero el 3-0 no se movió y Boca tuvo que celebrar que la habÃa sacado barata.
Estadio: Boca.
Goles: 21m. Lavezzi(SL); 66m. Fernández (SL) y 71m Silvera(SL).
Cambios: 27m Fernández por Lavezzi(SL) 45m Guillermo Barros Schelotto (4) por Villafañe (B); 61m Cardozo por Orteman(B); 72m Alvarado por Hirsig (SL); 79m Acevedo por Ledesma(SL) y Morel RodrÃguez por Datolo (B).
Incidencias: A los 49m fue expulsado Clemente RodrÃguez (B).
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