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Lunes, 2 de junio de 2008
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Con Ortega, Ahumada y los cambios de Simeone, River sacó una ventaja que puede ser decisiva

Se le notan las ganas de ser campeón

Le ganó a Colón en Santa Fe con un hombre menos, y a dos fechas del final del Clausura sacó una ventaja de dos puntos a Estudiantes, aprovechando el empate del equipo de La Plata ante Huracán. Villagra y Alexis Sánchez, los goles del puntero que está cerca del título.

Por Daniel Guiñazú
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Alexis Sánchez festeja su gol, el segundo de River, que significó el triunfo en Santa Fe.

River dio en Santa Fe el paso al frente que se esperaba. En la recta final del torneo, sin margen para el error o la flaqueza, mostró ante Colón el carácter que se le reclamaba para defender lo suyo. Y alcanzó una victoria que bien puede impulsarlo, dentro de tres semanas, a alcanzar el título del Clausura. Se quedó con diez jugadores a los 19 minutos del primer tiempo por la expulsión de Ponzio. Y, lejos de desanimarse, apretó los dientes y pisó fuerte. Puso lo que había que poner, mucho más temple que fútbol. El resto lo aportaron un gran pase de Ortega que Villagra resolvió con maestría de experto, un contraataque bien urdido por Andrés Ríos desde la izquierda y bien definido por Alexis Sánchez desde la derecha, las piezas que supo mover Simeone en su tablero, y la opacidad de este Colón al que lo bueno y lo malo parecen darle exactamente lo mismo.

Es posible que hoy y a lo largo de la semana vuelva a decirse que River está donde está porque Simeone se dio a cuenta a tiempo de que no puede prescindir de la habilidad de Ortega. Fundamentarán su opinión a partir de que el Burrito le dio el pase a Buonanotte en el gol del triunfo ante Huracán y habilitó a Villagra ayer en el tanto que abrió un partido cerrado, duro y nervioso.

No es casualidad que esto haya sido así: en cuentagotas, muy de tanto en tanto, muy a pesar de su compleja problemática personal, sigue aflorando el talento de Ortega, alguna vez un crack, ya no. Sería un exceso atribuirle al jujeño, por sí solo, una responsabilidad esencial en esta levantada. Pero no puede negarse que, con lo poco que le queda del jugador que fue, a Ortega le alcanzan algunas pinceladas de su fútbol para marcar diferencias entre tanto ceño fruncido y tanto pelotazo desprejuiciado.

Además, este River al filo de la consagración tiene la marca de la lucha antes que la del buen fútbol. Cuando asumió su cargo de técnico, Simeone dijo que lo único que no negociaba era el esfuerzo. Y Oscar Ahumada lo ha interpretado mejor que ninguno. En Santa Fe, como en la mayoría de los partidos del campeonato, el volante volvió a rasparse todo para sostener la mitad de la cancha. En el primer tiempo perdió ante los volantes de Colón y debió resignar posiciones. Pero en el segundo fue vital a la hora de controlar las embestidas sabaleras y, luego del descuento de Gandín, le puso el cuerpo como nadie a la resistencia. Al borde del área grande, o incluso dentro de la misma, Ahumada sacó de arriba y de abajo, dio órdenes, sacó al equipo adelante. Imposible no contagiarse de alguien como él.

Por último, hay que hablar de Simeone. El técnico saltarín e hiperkinético tuvo, entre tanto hervor personal, la mente fría y el pulso firme como para hacer las movidas exactas. Cuando lo expulsaron a Ponzio, no sacó un volante para poner un defensor. Devolvió a Ferrari y a Villagra a sus puestos naturales de marcadores laterales (hasta allí habían sido volantes por los costados) y armó una línea de cuatro con Cabral y Gerlo como marcadores centrales. En el segundo tiempo, lo sacó a Buonanotte y lo metió a Alexis Sánchez como volante por la derecha, dejándolo a Ortega como enganche y a Abreu como único delantero. Después redobló la apuesta.

Excluyó a Abreu por Augusto Fernández para aguantar el 1-0 a favor (Alexis Sánchez pasó de enganche y Ortega de delantero) y, por último, lo sacó al jujeño y lo puso a Ríos. Precisamente fueron Ríos y Sánchez quienes gestaron y concretaron el segundo gol riverplatense. Simeone también tuvo su parte en esta victoria.

Es cierto que el equipo lucha demasiado y juega poco. No regala fútbol River en su versión Cholo y eso es algo que deberá corregir a futuro. Pero la intensidad de la entrega, el dejar todo sin guardarse nada, aun en el error, tiene el sello de su técnico. A River se le notan las ganas de ser campeón. Con uno menos, no fue menos. Y ése es el mejor elogio que se le puede hacer, ahora que todos lo miran como el gran candidato a dar la vuelta que hace cuatro años que no puede dar.


Estadio: Colón.

Arbitro: S. Pezzotta.

Goles: 56m Villagra (R); 77m A. Sánchez (R); 80m Gandín (C).

Cambios: 45m Acosta (5) por Jerez (C); 53m A. Sánchez (6) por Buonanotte (R); 60m C. González (5) por R. Díaz (C); 61m Encina por Piccoli (C); 67m A. Fernández por Abreu (R); 75m Ríos por Ortega (R).

Incidencia: 19m expulsado Ponzio (R).

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