Se terminó el veranito y a Boca se le cayó de golpe el otoño: dos derrotas consecutivas en el campeonato, un triunfo de escaso mérito en la primera fecha y una victoria opaca contra el débil Cuenca por la Copa Libertadores provocan el alerta. Es cierto que en el balance de los 90 minutos del partido contra Lanús hubo dominio y llegadas repartidas, y tal vez el empate pudo haber sido el resultado más justo, pero el equipo ya no tiene el peso especÃfico de otros tiempos. A este Lanús sin Sand, y con varios titulares reservados para la Copa, se suponÃa que Boca, aun sin Riquelme, podÃa ganarle con relativa facilidad. Nada de eso.
Para compensar la ausencia del 10, Ischia lo puso a Gracián y armó una lÃnea de tres/cinco con Roncaglia, Cáceres, ForlÃn y con Ibarra y Krupoviesa bien abiertos para generarles espacios a los rapiditos Noir y Palacio. En los papeles, un equipo ofensivo que iba a buscar el partido desde el primer minuto. La teorÃa se quebró en el arranque del encuentro, cuando Krupoviesa cometió el primero de una sucesión de errores. Salió a buscar muy lejos, fuera de tiempo, y a sus espaldas se filtró RamÃrez, quien mandó el centro para que el pibe Salvio solito, muy libre, empujara la pelota a la red.
Roncaglia, Cáceres y ForlÃn (Menéndez parecÃa imparable, después se quedó) necesitaron muchos minutos para afirmarse y por eso a Boca le costó emparejar un partido en el que no la pasaba bien. A tal punto que a los 14 minutos Valeri hizo un buen enganche en el área y metió un zapatazo en un palo que pudo haber liquidado la cuestión.
Boca le dio la pelota en el primer tiempo a Ibarra, estacionado como ocho, y el Negro jugó prolijamente y hasta intentó algún pase en profundidad; pero no pesaron demasiado Noir (que se perdió un gol solo), Palacio, ni Gracián.
ParecÃa cantado para el segundo tiempo el ingreso de Palermo por Noir. Ischia hizo ese cambio y el de Gaitán por Krupoviesa, pero el entrenador lo sacó a Gracián y Boca empezó a atacar casi exclusivamente por la izquierda. Krupoviesa, quien volvió después de 15 meses, parado al principio como volante carrilero y luego decididamente como wing, no acertó una. Tiró centros pasados al segundo palo, que se fueron lejos del arco de Bossio; pateó al arco y lo taparon siempre; lanzó centros que se quedaron cortos y metió pases errados. Cuando llegaba a posiciones ofensivas bien pisado y enganchaba, parecÃa que podÃa poner en aprietos al arquero local; pero no terminó una sola bien.
Boca habÃa mejorado algo con la entrada de Gaitán por Gracián, y con algunos buenos encuentros con la pelota contra el piso entre el pibe y Vargas; pero le faltó pimienta en la llegada al área. Palermo, que todavÃa sigue buscando su mejor forma, metió un buen cabezazo que hizo salir la pelota a un metro del arco de Bossio, pero no pudo aportar mucho más. El problema es que a Palacio, y luego a Viatri cuando reemplazó a Palacio, la pelota nunca les llegó redondita y tuvieron que remar contra la poblada defensa del dueño de casa.
En los últimos minutos, todo Lanús se refugió en el fondo y sufrió a la espera del pitazo final. Pero fue más susto que otra cosa. Una sola le salió bien a Boca: el árbitro debió expulsar por doble amarilla a Battaglia, pero lo perdonó. Premio consuelito.

Estadio: Lanús.
Arbitro: Saúl Laverni.
Gol: 4m Salvio (L).
Cambios: 56m N. Gaitán (6) por Gracián y Palermo (5) por Noir (B); 63m Blanco por RamÃrez (L); 73m Cano por Salvio (L); 84m, Hoyos por Valeri (L).
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