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El capitán de Estudiantes, Leandro Desábato, afirmó ayer, un día después de su entredicho con Ariel Ortega en la cancha de Quilmes, que “en frío no volvería” a agredir verbalmente al jujeño, aunque subrayó que hubo “insultos de las dos partes” en el choque verbal y a patadas en el partido entre Estudiantes y River.
En los varios cruces que tuvieron, ante la pasividad del árbitro del partido, Néstor Pittana, las imágenes mostraron a Desábato tratando de “borracho” a Ortega, quien intenta salir de esa adicción, y también se vio insultar al delantero de River. “Es fruto del temperamento, soy un jugador temperamental, son tres minutos. Si lo pienso en frío no lo volvería a decir”, sostuvo ayer Desábato, que declaró que los incidentes comenzaron con un empujón de Ortega.
“Esto tendría que quedar en la cancha”, dijo el zaguero, lamentando “estar en boca de todos por un episodio así”. El sábado, después del partido, Desábato había opinado que “el referí (Pittana) tendría que hacerse respetar; Ariel me fue mal con la plancha y a partir de ese episodio me saqué. Era una patada para roja”, dijo en función de la plancha que le aplicó el delantero de River. “Tuvimos cruces verbales, me arrepiento por haber dicho lo que dije, pero estaba con las pulsaciones a mil”, se había disculpado Desábato, amonestado por otra patada a Ortega.
El jugador de Estudiantes relató que sus padres recibieron llamados telefónicos por lo ocurrido y que “se empezó a remover lo de Brasil”, cuando jugando para Quilmes por la Copa Libertadores de 2005 fue detenido por insultos discriminatorios contra el jugador del San Pablo, Grafite. En aquel momento, Grafite lo acusó de haberlo tratado de “negro” y Desábato permaneció una noche en prisión.
“No quiero ser víctima. Yo también lo agredí verbalmente, pero hubo insultos de las dos partes”, insistió Desábato. “Ya pasó, seguro que si con Ariel nos encontramos en un shopping no nos vamos a decir esas cosas”, cerró el zaguero.
Desábato es uno de los seis futbolistas de Estudiantes que, por expresa decisión del técnico Alejandro Sabella, no viajaron a México para jugar el primer partido de los octavos de final de la Copa Libertadores, contra el San Luis Potosí, mañana a las 20.45. Juan Sebastián Verón, Rodrigo Braña, Mauro Boselli, José Sosa y el lateral Marcos Angeleri también fueron reservados por el entrenador para el partido de la semana que viene contra Chacarita, por la 17ª fecha del Clausura 2010.
Sabella definió la delegación para el viaje a México ni bien terminó el partido sobre River, confirmando la presencia en la lista de concentrados de varios juveniles, algunos de ellos que no venían siendo tenidos en cuenta en los últimos partidos.
Un rato antes del partido frente a River, el entrenador albirrojo les comunicó a jugadores como Michael Hoyos y Raúl Iberbia su decisión de contar con ellos para el decisivo encuentro ante los mexicanos, a 1800 metros sobre el nivel del mar.
Los siguientes son los 18 nombres que se subieron al avión rumbo a México: los arqueros Agustín Orion y Damián Albil; los defensores Clemente Rodríguez, Marcos Rojo, Christian Cellay, Germán Ré, Federico Fernández y Raúl Iberbia; los mediocampistas Darío Stefanatto, Matías Sánchez, Maximiliano Núñez, Leandro Benítez, Michael Hoyos, Marcelo Carrusca y Enzo Pérez, y los delanteros Gastón Fernández, Jerónimo Morales Neumann y Leandro González.
Las ausencias de Verón, Braña, Desábato, Boselli, Sosa y Angeleri se deben a la necesidad que tiene Sabella de mantener la base del equipo que por el Clausura tendrá que enfrentar al ya descendido Chacarita, de manera de conservar la ventaja en la vanguardia del torneo local: tres victorias en las últimas tres fechas le darán el título.
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