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Lunes, 11 de octubre de 2010
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TIGRE QUERIA METER OTRO ZARPAZO, PERO NO PUDO

Boca ganó con dos zapatazos

Antes y después del cabezazo de Stracqualursi (a Boca le hacen demasiados goles de cabeza) se dieron los dos tantos del equipo de Borghi. El primero fue un zurdazo de Giménez; el segundo, un derechazo de Chávez. Todo bien con el DT.

Por Juan José Panno
Chávez, autor del gol del triunfo de Boca, flanqueado por Erbes y Viatri.
Imagen: DyN.

El domingo pasado, Boca había jugado bastante bien, pero perdió contra Lanús; ayer produjo una actuación flojita, estuvo cerquita de perder y ganó. Más todavía: pudo imponerse por una diferencia mayor porque, en la última jugada del encuentro, Ardente desvió milagrosamente con el pie un remate de Viatri que iba derechito a la red.

Esta vez no habrá renuncia, ni amague de Borghi. Nadie va a decir que peor no se puede jugar (podrían decirlo, de todos modos) y los buitres apuntarán para otro lado. Boca tendrá una semana de respiro, a la espera de su partido contra Huracán, en el que dicen que podría darse la ansiada reaparición de Riquelme.

Boca no jugó bien, llegó poco hasta el arco de Ardente, pero acertó con dos zapatazos impresionantes y por ahí se puede encontrar la primera razón de su victoria.

El primero fue de zurda. Matías Giménez recibió un buen pase de Cañete en la entrada al área y le dio fuerte, rasante, como lo marcan los libros, contra el segundo caño. Lindo gol, coronado por un absurdo festejo. Los nuevos códigos del fútbol llevan a los jugadores a pedir disculpas cuando convierten un tanto contra un ex club y Giménez lo hizo muy ostensible. Mientras tanto, los hinchas de su nuevo club se desgañitaban gritando el gol.

El segundo fue de derecha. A los 40 minutos del segundo tiempo (a esa altura parecía que todo terminaba en un 1-1), el Pochi Chávez recibió un rebote en el borde del área y clavó contra un palo un derechazo tremendo.

Dos zapatazos, dos pantalonazos podría decir algún veterano, sellaron un triunfo que Boca festejó mucho porque está navegando en aguas turbulentas y porque cualquiera que se ponga a analizar la tabla de descenso verá que en el próximo torneo la cosa no será sencilla.

A pesar de la victoria, sigue habiendo más dudas que certezas. Borghi tiene algunos problemas para formar el equipo, pero más problemas tiene con su propia conciencia. ¿Podrá manejarlo en los próximos partidos, entre los que se incluye un superclásico?

Lucchetti tampoco da garantías. Una vez más no pudo conservar el cero en su arco. No hizo macanas, tampoco realizó contenciones muy difíciles y no pudo darles ninguna tranquilidad a sus hinchas. En el Boca de estos tiempos, una de cada tres pelotas que va a su arco termina en la red. Lucchetti es la mitad del arquero que era cuando atajaba en el Banfield campeón. ¿Hasta cuándo lo va a sostener el entrenador?

Sigue sin aparecer el armador que alimente a Viatri y Palermo (parece que es Chávez, insinúa Cañete, Escudero no tiene continuidad) y todo parece supeditado a lo que produzca Riquelme. Dice el colega Daniel Roncoli: “El 10/10/10, la ausencia de Riquelme se sintió el triple”. Mientras tanto, el paraguayito Gaona Lugo sigue aportando gotitas de optimismo.

Ganó Boca y es noticia. No fue merecido, pero ésa es otra cuestión.

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