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Lunes, 16 de diciembre de 2002
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AYER ERA EL DIA PARA NOMBRAR AL ENTRENADOR DE BOCA

No la estires; es peor

Las diferencias entre lo que pide Carlos Bianchi y lo que está dispuesto a ceder Mauricio Macri en nombre de Boca son de dos tipos: económicas y de nombres. Más dólares y menos Cirillo es el planteo del Virrey. Ayer fue 15 de diciembre. ¿Hoy será
San Bianchi?

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Carlos Bianchi, a punto de sentarse otra vez en el banco de Boca. ¿O no?
Pasó el día en que el presidente de Boca, Mauricio Macri, había prometido anunciar el nombre del nuevo entrenador del equipo y la negociación que el dirigente mantiene con el candidato número uno, Carlos Bianchi, aún no logró destrabarse, pese a la cuarta reunión que mantuvieron ambos el sábado pasado. La cuestión pasa por una importante diferencia en la parte económica y por un asunto que tiene que ver con la futura gestión del entrenador, quien quiere eliminar la figura del secretario técnico del club, cargo que ocupa, por decisión del propio Macri, el ex dirigente José Cirillo. Las complicaciones surgidas alrededor de la “operación retorno” ponen en el tapete la interna boquense y las discordancias entre algunos integrantes de la Comisión Directiva del club.
En la previa al fin de semana, todo indicaba que la vuelta de Bianchi a Boca era casi un hecho y que era probable que el propio Macri anunciara la flamante incorporación ayer domingo, el día que el dirigente había señalado varios meses atrás como bisagra entre la era de Oscar Tabárez y la del futuro técnico. Pero eso no ocurrió. El sábado pasado, Macri recibió a Bianchi en su casa, pero no consiguieron ponerse de acuerdo con el entrenador al menos en dos puntos: el monto del contrato –había una diferencia de por lo menos 1 millón de dólares en los tres años que duraría el vínculo– y el caso Cirillo, una persona que goza de la confianza de Macri, pero no de la del técnico.
La traba económica pasa por una diferencia de 350 mil dólares por temporada. Bianchi pretende 1,5 millón de dólares por año para repartir entre él y sus colaboradores: el preparador físico Julio Santella y el ayudante de campo Carlos “Toti” Veglio. Macri, quien en principio había propuesto 600 mil dólares y luego se extendió hasta los 900 mil, esperaba que Bianchi rebajara considerablemente sus pretensiones. Sin embargo, en la última charla entre ambos, el ex entrenador del club se mostró dispuesto a una reducción de tan sólo 100 mil dólares, un porcentaje muy inferior al que tenía en mente el dirigente. De todas maneras, recién mañana podría haber novedades significativas al respecto, ya que Macri deberá informar en la reunión de Comisión Directiva las últimas novedades. El otro obstáculo es la desaparición o no de la figura de secretario técnico del club, que Bianchi considera negativamente. El ex dirigente José Cirillo fue puesto en esa función por Macri, quizás en reconocimiento del apoyo que éste le brindó en 1995 cuando el empresario automotor se candidateó en las elecciones internas del club en las que alcanzó la presidencia de la entidad. Cirillo, ex presidente de Chicago y actualmente vicepresidente de la Cámara de Comercio, se había distanciado de la dirigencia de Boca por cuestiones de política interna en 1998 y volvió al club a mediados de este año por pedido de Macri. Desde su retorno al club, Cirillo protagonizó varios hechos trascendentes como la renovación de los contratos de Marcelo Delgado, Roberto Abbondanzieri y Guillermo Barros Schelotto. Pero su nombre resonó fuerte tras la derrota del equipo de Tabárez frente a Racing en el torneo Apertura (4-3) –ese día, Cirillo criticó duramente a los futbolistas– y luego cuando él mismo planteó la posibilidad de una renovación por seis meses del contrato de Tabárez, mientras el equipo mantuvo su chance de pelear el campeonato que finalmente ganó Independiente.
El retraso en la definición del retorno de Bianchi sacó a relucir los entretelones de la interna boquense. Al tire y afloje entre Macri y Bianchi se prendieron algunos dirigentes. El vicepresidente tercero, Roberto Digón, uno de los más entusiasmados con la vuelta del Virrey junto al vicepresidente segundo, Gregorio Zidar, apuntó que el vínculo estaría resuelto en un 90 por ciento, pero después debió retractarse, acusado por algunos de sus pares –los que ya quisieran dar por terminada la negociación con Bianchi y darle una oportunidad más a Tabárez– de entorpecer la negociación. No obstante, en último término, será Macri el encargado de resolver los dos puntos que retardan la reaparición deBianchi. La resolución del caso podría conocerse entre hoy y mañana. Sólo resta esperar, mientras se liman detalles.

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