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Lunes, 13 de junio de 2011
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El empate de Boca y Banfield quedó en segundo plano ante la despedida

La gente gritó mil goles de Palermo

Ganaba Boca con un gol de Colazo, empató Banfield con un cabezazo de Ferreyra en complicidad con Lucchetti. El partido sólo fue el marco de lo que de verdad importaba: el adiós de Palermo a la Bombonera.

Por Juan José Panno
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La despedida de corazón del ídolo de los 227 goles.

“Muchas gracias Palermo,
muchas gracias Palermo
vos nos diste los goles,
vos nos diste alegrías
lo que hiciste por Boca
no se olvida en la vida.”

El canto nació de La Doce, se extendió a la otra cabecera, resonó en la platea y explotó desde el inicio del segundo tiempo y casi hasta el pitazo final. El partido, mientras la gente se rompía la garganta, esperaba en el segundo plano la frutilla del postre. Casi se da en una chilena con carambola, casi se da en un remate de zurda desde veinte metros, casi se da en una pelota cruzada que Bologna manoteó cuando el grandote del 9 de oro esperaba detrás. Antes, en el primer tiempo, había tenido tres o cuatro oportunidades más para convertir, pero no hubo gol en su último partido en la Bombonera.

Queda todavía una chance más para quebrar el record del diabólico José Sanfilippo, que lo trata de tronco cada vez que puede, porque queda un partido para cerrar el campeonato: el próximo domingo contra Gimnasia. Pero ya se sabe que va a ser muy distinto.

La verdadera despedida, más allá de lo que anoten los estadígrafos, estuvo en esta monumental muestra de afecto de la Bombonera, repleta como pocas veces.

Cuando anunciaron la formación de los equipos por los altavoces, cuando salieron los equipos a la cancha, cuando levantó los brazos, cuando tocó por primera vez la pelota y también en los momentos más inesperados, atronaba el “Pa-leeeer-mo, Pa-leeeer-mo”, muestra de enorme gratitud. Diego Maradona en el palco y Alfio Basile en la platea de enfrente (¿no tendría que haber estado Carlos Bianchi también?) se sumaron a la fiesta titánica.

Faltó el gol de Palermo y sobró ese gol de Ferreyra (malévolo, pero cierto), por culpa de las manos endebles de Lucchetti. Fue empate en un partido que Boca pudo ganar por goleada porque, además de Palermo, también Riquelme, Mouche y Chávez tuvieron ocasiones de gol que no pudieron concretar por muy poquito.

Ganaba Boca apenas 1-0 y buscaba el segundo gol, pero al técnico Falcioni le dio un ataque de aguafiestas, lo sacó a Mouche y puso a Rivero. Volante por delantero, un cambio asustadizo y un rato después Lucchetti completó la macana.

Pasado el impacto del empate inesperado, la gente que no se movió de sus lugares, tampoco abandonó sus deseos fervientes de expresar el agradecimiento a uno de los máximos ídolos de la historia de Boca.


Estadio: Boca.

Arbitro: Alejandro Toia.

Goles: 47m, Colazo (BJ); 83m, Ferreyra (B).

Cambios: 59m, G. Méndez por De Souza (B); 74m, Rivero por Mouche (BJ) y Achucarro por J. Gómez (B); 85m, Bustos por Ferreyra (B); 86m, Noir por Colazo (BJ).

Incidencia: 46m, el árbitro Fernando Echenique reemplazó a Alejandro Toia, lesionado.

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