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Lunes, 18 de julio de 2011
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Figura de Perú, uno de los semifinalistas

Vargas, el punzante

Sus estiletazos sacaron adelante al equipo de Markarian, otra de las sorpresas de la Copa América. En La Boca todavía se acuerdan de un golazo de tiro libre que anotó jugando para Colón.

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Juan Manuel Vargas, el ex jugador de Colón que empujó a Perú a la semifinal.

Juan Manuel Vargas Risco luce el número 6 de Perú. En la Fiorentina, su club, también. Como los laterales brasileños de toda la vida. Vargas (Lima, 1983) tiene un golpe seco, descomunal. En su equipo es lateral izquierdo. En la selección juega por delante en la banda. El 2-0 que tumbó a Colombia tuvo un “estilo Puskas”. A Vargas lo llaman “el Loco” y en la Copa América ha demostrado la fama que le precede en Italia. Jugador de club grande, Vargas lo tira todo en Perú: faltas, corners. Como Forlán en Uruguay. Zurdo de pie, diestro de mano, Vargas vuelve a poner a Perú en el mapa mundial del fútbol. Representa aún el perfil de futbolista del barrio, que jugó en las calles de El Callao y de Magdalena.

A los 12 años ingresó en las divisiones inferiores del Club Universitario de Deportes de Perú y pasó por el Unión de Minas de Cerro de Pasco. En 2002 volvió a la U, que pasaba una mala situación económica. Sus inicios no fueron fáciles. Eran tiempos de Chemo del Solar, Carranza, entre otros. Una huelga de futbolistas por problemas económicos le abrió la puerta del primer equipo.

Debutó el 24 de noviembre de 2002 con el Universitario en el estadio Monumental contra el Cienciano de Cuzco. Y, como todos los buenos futbolistas, apareció desde el primer día, y de verdad, con un gol desde cuarenta metros.

Vargas se consolidó en Perú y después pasó a Colón de Santa Fe. Allí comenzó su fama en los lanzamientos de faltas. Los tiros libres directos son su especialidad y le dieron fama, como uno recordado que hizo a Boca, en la Bombonera. Curiosamente, los derechos económicos del jugador eran propiedad del club de la Ribera, cuando su presidente era todavía Mauricio Macri.

En 2006 estuvo a punto de ir a jugar al Portsmouth en la Premier League, pero al final eligió la opción del Catania. Su costo fue de 3,35 millones de dólares. Se revalorizó rápido. Ha estado en las agendas de todos los grandes de Europa. Lo contrató la Fiorentina por 12 millones de euros. Allí se dedica a ponerle balones de oro a Alberto Gilardino, que se cansa de hacer goles.

En Italia ha seguido la vida de Paolo Maldini, uno de sus grandes ídolos. Le gustan las artes marciales. Practicó taekwondo. Y lleva un anillo con una inscripción en su interior: “En los momentos de dificultad, mantén el equilibrio”.

Vargas vive buenos tiempos en el fútbol. Ayer llegó a Buenos Aires para jugar mañana en La Plata las semifinales de la Copa América ante Uruguay. Es carta de triunfo.

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