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Lunes, 10 de diciembre de 2012
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Después de las categóricas manifestaciones de los hinchas en la Bombonera

Se define la suerte de Falcioni

El entrenador parece más cerca de rechazar la oferta de renovar contrato que de aceptarla, y los dirigentes piensan en la alternativa. Carlos Bianchi ya no tendría oposición macrista para eventualmente asumir la conducción.

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Julio Falcioni pasó un mal rato en la Bombonera. Será difícil su continuidad.

Se acerca la hora de las definiciones en el tema que ocupa los primeros planos en el fútbol argentino en general y en el mundillo de Boca en particular: el alejamiento (o no) de Julio César Falcioni y la probable llegada de Carlos Bianchi para hacerse cargo del puesto. Hasta hace un par de días sólo se hablaba de la continuidad del actual entrenador porque se habían caído, una tras otra, todas las gestiones extraoficiales para contratar a otro DT, y sólo quedaba como último recurso la renovación del contrato con Falcioni. Pero el veredicto de los hinchas presentes en la Bombonera en el partido contra Godoy Cruz fue lapidario. Los hinchas silbaron a Falcioni, insultaron a Angelici, le exigieron que lo lleve a Bianchi, corearon el nombre de Riquelme (enemigo público tanto del DT o como del presidente), aplaudieron a Erbes (un jugador del club) y silbaron a Somoza (un pollo de Falcioni). Demasiados gestos. Demasiadas señales como para que los dirigentes tomaran nota y empezaran a pensar seriamente en la posibilidad de modificar el rumbo de los acontecimientos.

Falcioni, por su parte, es un hombre de fútbol que sabe interpretar los gestos y es difícil que decida la continuidad en caso de que le ratifiquen el ofrecimiento. Sabe que tiene de su lado a la barra brava, que tiene acuerdos variados con la dirigencia y que por eso no tomó parte de los cantos que ayer estallaron en la Bombonera. Pero también sabe que la barra brava no va a poder evitar las manifestaciones de la mayoría de los plateístas y de los hinchas que ocupan otros lugares diferentes a los paraavalanchas de la segunda bandeja del arco de Casa Amarilla. La mayoría de los jugadores del plantel quiere otro entrenador, otra historia. Saben que Falcioni es incondicional de los dirigentes, saben que no salió en defensa del plantel cuando Angelici los cuestionó por falta de actitud y se ponen del lado de Riquelme en todas las batallas de pirotecnia verbal desatadas en los últimos tiempos.

Pero, si se va Falcioni, ¿hay reales posibilidades de que sea contratado Bianchi? ¿Tiene deseos de volver Bianchi? ¿Permitirá Mauricio Macri, que viene a ser un presidente en las sombras, el regreso de un hombre que lo dejó mal parado más de una vez? La respuesta es difícil y hay que empezar a buscarla por el lado de la última pregunta que aquí se formula. Macri, Angelici y Bianchi coincidieron en la fiesta en la que se lo agasajó a Rolando Schiavi. Se saludaron formal, diplomáticamente, pero luego evitaron cualquier conversación. Un dirigente, Marcelo London, presiona mucho para la vuelta del Virrey y tiene el aval de otros compañeros de la comisión directiva, pero Angelici toma como palabra santa las declaraciones de Macri, quien dijo hace poco que pensaba para Boca en un director técnico de 48 años. Cuando fue consultado, Bianchi respondió con una sonrisa: “Yo tengo 63 años”, dijo y no agregó nada más.

Lo que sí parece prácticamente imposible es el regreso de Juan Román Riquelme. Mucho más después de su raid periodístico de los días previos al partido del sábado en la Bombonera, cuando disparó con munición gruesa contra Angelici y contra Falcioni, por el modo en que juega el equipo.

Los números de Falcioni no son malos, pero es indudable que el equipo no juega bien, que tiene un estilo muy conservador y eso no gusta a la mayoría de los hinchas, que se había hecho ilusiones con el desembarco de Guillermo Barros Schelotto.

Los directivos de Boca resolverán en las próximas horas la encrucijada que se les presentará si –como se supone, como se prevé– Falcioni da un paso al costado. Se viene un período con campeonato local, Copa Libertadores y Copa Argentina, y se cree que estos torneos no se pueden afrontar con un DT provisorio como podría ser el Ruso Ribolzi, ex ayudante del Coco Basile, hasta que Guillermo Barros Schelotto cierre su relación contractual con Lanús.

Se acercan las definiciones. Pero lo único que parece estar claro es que el ciclo de Falcioni está terminado.

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