El tiempo juega a favor de River. Un año atrás, el equipo luchaba contra sà mismo para volver a renacer, y ahora, después de un largo perÃodo, disfruta de la soledad de la cima en Primera División. Si bien habrá que esperar lo que suceda hoy con Lanús para saber cuánto dura ese privilegio, este 2013 asoma muy lejos de las espinas que lo rodeaban en ese entonces. River no desplegó ayer un fútbol de lucimientos y brillantez, pero algunos sÃntomas positivos le permiten ubicarse como uno de los protagonistas principales.
La derrota ante San Lorenzo habÃa sido un golpe de alerta, y ante Colón recuperó parte del juego que intenta imprimirle su conductor, Ramón DÃaz. El riojano no estuvo ayer en el campo, pero le transmitió a su hijo Emiliano el plan para llevar adelante.
Y precisamente hacia el frente es donde tiene la mira puesta este plantel. La intención clara es jugar en el campo adversario y, a partir de ahÃ, hacer circular la pelota hacia ambos costados para luego sorprender con combinaciones rápidas cerca del área. Como cuenta con jugadores aptos para realizarlo, River consigue oportunidades para ponerse en ventaja.
Vangioni, de lo mejor del local, aparecÃa por sorpresa por la franja izquierda, causando inestabilidad en la defensa santafesina. Y el ex Newell’s fue precisamente quien construyó la primera jugada de riesgo: fue hasta el fondo de la cancha, lanzó la pelota al centro y Trezeguet remató muy cerca del palo.
Otra de las variantes con las que cuenta este River son las jugadas detenidas, ya que tiene un especialista para ejecutarlas como Leonardo Ponzio. En una posición similar a la que le convirtió el gol a Boca el año pasado, Ponzio lanzó un tiro libre al arco, Pozo dio rebote, un defensor no pudo despejar y Trezeguet pudo convertir el primer gol cuando se jugaban 11 minutos.
De todas maneras, River también tiene algunos inconvenientes, y aquà aparece el aspecto defensivo. DÃaz elige jugar con una última lÃnea integrada por tres hombres, y cuando los del medio pierden las marcas en varios pasajes, queda muy descompensado y lo padece en su arco. Colón lo aprovechó y estuvo cerca de igualar dos veces, por intermedio de BastÃa primero y Curuchet después.
Cuando el local controlaba la pelota, seguÃa en su búsqueda ofensiva; y después de que Pozo le ganara el duelo a Mora, River aumentó la ventaja a través de Ponzio. El volante llegó por la derecha y remató cruzado con mucha potencia para ubicar la pelota por el otro lado.
Colón apostó un poco más con los ingresos de RamÃrez y Graciani, y apenas le alcanzó para descontar a través de Gigliotti, quien tocó de derecha luego de un rebote en Barovero.
River no puede situarse ahora en un paraÃso futbolÃstico, pero lentamente se va alejando de imágenes llenas de dolor.
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