Cuando finalizó el último certamen, los propios protagonistas de River dejaron en claro que para este torneo habÃa que mejorar aquel segundo puesto. Sin embargo, el primer paso fue el menos esperado. Una vez más, el equipo no pudo ante uno de los recién ascendidos y, lo que es peor, su fútbol parece haber bajado un escalón.
Los inconvenientes para River comenzaron antes del partido, cuando en los dÃas previos el equipo se quedó sin delanteros de peso, sobre todo cuando se confirmó la partida de Carlos Luna. El técnico Ramón DÃaz tuvo que recurrir al juvenil Giovanni Simeone para que sea el jugador más adelantado, debido a que los nuevos hombres en la ofensiva (Teo Gutiérrez y Jonathan Fabbro) todavÃa no estaban en condiciones para debutar.
El esquema terminó siendo entonces demasiado conservador para las pretensiones de River. Seguramente ésa no es la idea que tiene el conductor para el futuro, sobre todo después de aclarar que cuenta ahora con un plantel muy competitivo. Pero más allá de la poca presencia en ataque, el visitante no pudo desplegar un juego colectivo que permita abrir ilusiones para lo que vendrá.
Los únicos dos refuerzos que jugaron ayer en La Plata no pudieron cumplir con la misión que se les habÃa encomendado. Carbonero y Ferreyra ocuparon los extremos del mediocampo para provocar desequilibrio a través de su dinámica, principalmente en el terreno adversario. Pero ninguno pudo prevalecer por su franja, y terminaron confundiendo los caminos hacia el arco de Gimnasia.
Ferreyra se encontró con un Oreja firme y dispuesto a no dejarse ganar la zona, mientras que del otro lado el colombiano tuvo que luchar mucho frente al chico Meza, primero, y al experimentado Licht después. Con esa situación, River careció de inventiva para romper el orden de los platenses, y Simeone veÃa cómo la pelota se perdÃa antes de que llegara a los alrededores del área.
Para colmo, River exhibió algunas grietas en la defensa. Vangioni estuvo muy contenido por la izquierda, y sorpresivamente descubrió su espalda para las subidas de Mussis o del propio Oreja. Mercado fue el que buscó más en ataque, pero tampoco finalizó con acierto sus intentos, y Meza lo dejó descolocado en más de una oportunidad. Barovero tuvo que exigirse varias veces, y apareció justo ante Mussis y también ante Pereyra. River respondió con un cabezazo de Lanzini y con un tiro de Carbonero desde lejos, pero la claridad no aparecÃa.
El propio Lanzini no podÃa convertirse en el conductor, y River buscaba aprovechar cualquier acción detenida. En una de ellas, Ponzio ejecutó un tiro libre bajo, Maidana alcanzó a tocarla, y Monetti la sacó al corner.
Gimnasia no cambió su planteo en el segundo tiempo, y continuó desbordando por los costados para sorprender con la entrada de Rasic o Pereyra por el medio. Blengio estuvo cerca de marcar, pero no pudo ante Barovero y, de ese rebote, Barsottini definió por arriba. La polémica llegó a los 28 minutos, cuando el árbitro Ceballos cobró penal para el local por una supuesta falta de Maidana sobre Rasic, que no se pudo apreciar con precisión.
Licht convirtió con categorÃa tocando al otro lado del arquero y, a partir de ahÃ, River no supo cómo desequilibrar. Si bien empujó hacia Monetti convirtiéndolo en una de las figuras, las ideas no se podÃan plasmar en el campo. El ingreso de Andrada le dio más presencia adelante, y Simeone casi empata con un cabezazo despejado por el arquero, quien también se lo tapó a Carbonero. River insistió con poco orden, pero las respuestas nunca llegaron.

Estadio: Gimnasia.
Arbitro: Diego Ceballos.
Gol: 74m Licht de penal (G).
Cambios: 64m, G. DÃaz por I. Fernández (G); 67m, Andrada por Ledesma (R); 80m, Miloc por Pereyra (G) y Sánchez por Mercado (R); 84m, J. RodrÃguez por Meza (G); 86m, Kranevitter por Ponzio (R).
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