El desafÃo que tenÃa Boca por delante no sólo era reencontrarse con su fútbol, perdido en su excursión a Rosario durante la semana, sino también con su público, que mantenÃa el dolor por el clásico de una semana atrás. Pero la gente reconoció el nivel que tuvo el equipo ante su rival principal, y desde el principio brindó su apoyo a cada uno de los jugadores. Incluso se dio un hecho curioso en el final, cuando ingresó Ledesma para reemplazar a MartÃnez (de gran desempeño). Cada vez que el volante tocaba la pelota, recibÃa silbidos desde un sector; pero rápidamente el resto de la gente decidió aplaudirlo y el cordobés terminó siendo ovacionado, después del episodio con el arquero Orion.
La turbulencia venÃa envolviendo al plantel, no sólo por los desencuentros entre los propios protagonistas –quienes ayer volvieron a hacerse fuertes recriminaciones cuando Boca ya estaba en ventaja y Godoy Cruz buscaba la igualdad, tanto dentro como afuera de la cancha– sino por la incertidumbre de lo que sucederá al final del torneo. Para ese entonces, los nombres de los que serÃan marginados comenzó a circular.
Con toda esa carga emocional salió a jugar el duelo ante los mendocinos, que llegaban impulsados por la posibilidad de saltar a la punta del certamen en el caso de llevarse una victoria. La calma llegó en los primeros instantes debido a que, cuando apenas habÃan pasado seis minutos, el arquero Carranza le cometió penal a MartÃnez, y Riquelme se encargó de convertirlo dos minutos después.
El capitán también cumplió una actuación para el elogio, aportando en la asistencia a los delanteros: el pase a MartÃnez antes de la falta fue de él, y en el segundo tiempo habilitó a Gigliotti para dejarlo solo ante el arquero, pero el ex Colón remató por arriba. Riquelme también se ocupó de ordenar a sus compañeros, sobre todo cuando el equipo habÃa perdido la lÃnea y Godoy Cruz tuvo el control de la pelota. Por ese motivo, la sensación de que el visitante podÃa llegar al empate estaba latente, pero todo se diluyó a los tres minutos de la segunda parte, cuando Gigliotti definió con categorÃa ante la salida de Carranza, eludiéndolo y tocando suave con el arco vacÃo, luego de un pase preciso de MartÃnez.
La respuesta de los jugadores habÃa sido total: salvo ese lapso de la primera parte, ofrecieron concentración, firmeza, sacrificio y goles. El tercero llegó con otro penal, en este caso por una falta de Carranza (se fue expulsado) sobre Colazo. Para esta oportunidad, Riquelme le cedió la ejecución al goleador Gigliotti y éste volvió a gritar, ubicando la pelota al lado del palo del ingresado Moyano.
El último grito de la noche llegó cuando Riquelme le dejó su lugar a Riaño. Y, de a poco, Boca empieza a recuperar el espÃritu en un campeonato con muchos desaciertos.

Estadio: Boca.
Arbitro: Diego Ceballos.
Goles: 8m Riquelme, de penal (B); 48m y 81m Gigliotti (B), el segundo de penal.
Cambios: 24m J. RodrÃguez (5) por G. DÃaz (GC), 46m Erbes (6) por Gago (B), 72m Ledesma por MartÃnez (B), 76m Castillón por Aquino (GC), 81m Moyano por Obolo (GC), 82m Riaño por Riquelme (B).
Incidencia: 79m expulsado Carranza (GC).
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