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Lunes, 29 de diciembre de 2008
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Luciana Aymar, la mejor jugadora del mundo

Lucha corazón de Leona

Se quedó a la vera de una medalla dorada olímpica, pero se consoló al ser ungida como una leyenda en su especialidad, con el bronce y con el Champions Trophy. A los 31 años sigue siendo indiscutible.

Por Leonardo Castillo
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Ganar la medalla dorada en los Juegos Olímpicos, y alcanzar el único título que le restaba conseguir con Las Leonas, fue lo que le faltó a Luciana Aymar para tener un perfecto 2008. Aunque debió conformarse con el bronce, el gran nivel que exhibió en la cita de Beijing le valió que, por quinta ocasión, la Federación Internacional de Hockey (FIH) la reconociera como la mejor jugadora del mundo y la distinguiera como “una leyenda” en la historia de este deporte. Además brilló en el Champions Trophy de Möenchengladbach, Alemania, donde se coronó junto al elenco albiceleste que condujo Gabriel Minadeo, y logró dos campeonatos locales con su club, GEBA: el Torneo Metropolitano y la Liga Nacional. Sin dudas, un año plagado de satisfacciones para la Maga, en el cual ratificó sus enormes condiciones individuales y su gran jerarquía.

“Este premio es un orgullo y también implica un gran compromiso. El de mantenerme en lo más alto”, señaló la mediocampista al ser premiada en Los Angeles. Aymar, que ya había sido reconocida en otras cuatro oportunidades (2001, 2004, 2005, 2007), recibió en esta ocasión un título extra: el de “leyenda del hockey”, pues se convirtió en la jugadora más laureada en la historia de la FIH. “Ser nombrada como una leyenda es algo muy satisfactorio, no lo niego, pero prefiero tener los pies en la tierra. Soy consciente de mis condiciones, pero nunca voy a dejar de ser una persona de carne y hueso.”

El 2008 fue un año crucial para Las Leonas. El recambio generacional que se produjo con la llegada de jóvenes valores, como Carla Rebecchi, Rosario Lucchetti y Giselle Kañevsky, entre otras, se conjugó con un exigente cronograma internacional que incluyó la disputa del Champions Trophy y los Juegos Olímpicos. En este contexto, el liderazgo deportivo de Aymar resultó decisivo para que Minadeo pudiera armar un equipo que combinara experiencia con juventud.

Y eso fue lo que se verificó en el Trophy –el certamen que reúne a las seis selecciones más importantes del mundo– que se disputó en mayo. Argentina desarrolló allí un hockey ofensivo y dinámico que le permitió derrotar a potencias como Australia (2-1), Holanda (2-0) y Alemania (6-2), en la final. Y la Maga resultó elegida como la jugadora más importante de este torneo por las autoridades de la Federación.

“Hicimos un buen campeonato y estamos muy ilusionadas con ganar la medalla dorada. Creemos que nadie es más que nosotras”, consideraba la mediocampista de cara a los Juegos en diálogo con Página/12, días antes de viajar a China. El objetivo de Las Leonas por entonces era llegar al primer lugar del podio en China, pero no se pudo. Argentina cayó 5-2 ante Holanda, en una de las semifinales, y el sueño de la medalla dorada se frustró. Ese 20 de agosto, Aymar dejó la cancha de Green Stadium de Beijing con los ojos llenos de lágrimas. “Llorá, mamita, llorá”, intentaba consolarla nada menos de Diego Maradona, la noche después de aquella dura derrota.

Pero, 48 horas después, Las Leonas se recuperaron; bajo la conducción de la rosarina, derrotaron a Alemania por 3-1 y retuvieron el bronce ganado en Atenas 2004. “Habíamos venido por más, pero llegar al podio ratifica nuestra condición de potencia mundial y eso es muy valioso. El saldo es positivo”, evaluaba la estrella al retornar de Asia.

Aymar disfrutó también de una gran temporada junto a GEBA. En noviembre logró el título Metropolitano. Y el pasado 14 de diciembre, el club de Palermo se quedó con la Liga Nacional, al derrotar a Ciudad 4-3 con un gol de oro señalado por la mejor jugadora del planeta.

A los 31 años, después de haber jugado durante diez años en la Selección femenina de hockey sobre césped, y obtener un Mundial, dos Champions Trophy y tres medallas olímpicas, Luciana analiza la posibilidad del retiro. “Voy a jugar dos años más y después largo. Lo tengo decidido. La despedida será en el Mundial de 2010, que se va a jugar en Rosario. Será muy lindo despedirme en mi ciudad”, anunció hace poco. Los aficionados del hockey tienen poco menos de dos años por delante para disfrutar de su talento.

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