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Lunes, 17 de agosto de 2009
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Conversaciones a un toque

Profundas y jugosas conversaciones entre el entrenador y veinte entrenadores, futbolistas y preparadores físicos, entre los cuales figuran Juan Román Riquelme, Pep Guardiola, Alfredo Di Stéfano, Johan Cruyff y Fernando Redondo, componen el libro Hagan juego, de Angel Cappa, que se presentará mañana en la escuela de periodismo deportivo DeporTEA. A modo de adelanto para Líbero, éstos son fragmentos de las charlas del técnico de Huracán con Riquelme, Cruyff y Guardiola. Se venderá en las librerías Yenny.

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–Además, qué lindos jugadores. Vos sabés que Fernando (Redondo) asimilaba todo lo que le decías. Los cracks siempre te escuchan. Los que no son cracks son difíciles de manejar. La gente está confundida. Como entrenador es mucho más fácil llegarle al crack o al que sabe jugar bien porque siempre escucha, es inteligente. El que tiene la postura de crack y no lo es, ése sí es complicado. Porque ése no quiere escuchar, siempre quiere aparentar que sabe todo. (Cappa)

–Siempre aparece alguno que sabe más que vos. Y yo siempre aprendo, hasta mirando partidos de inferiores. Yo miro todo lo que sea. Y a mí me gusta ir a concentrar, aunque alguno diga que no. Y miro y escucho la tele, y hay muchachos que se molestan porque de los veinte concentrados somos tres o cuatro mirando todos los partidos que hay el sábado y el domingo, mientras los demás juegan a la play o van a la mesa y uno dice “gané cuatro a tres en los jueguitos”. Problema de ellos. Yo soy claro y sé también que en momentos difíciles se me va a complicar un poquito más con esa gente que le gusta jugar a la play, porque si yo estoy mirando todos los partidos de fútbol es porque me gusta. Y porque cuando tenga que jugar contra tal contrario por ahí sabré más de él y por dónde puedo atacar. Y si hubiera cinco o seis a los que les gustara el fútbol, ellos también sabrían quiénes son los más fuertes y los más débiles del contrario. Es más fácil si yo tengo más compañeros que piensen así. Pero hoy nos tenemos que acostumbrar a que no, porque hoy está la play, la computadora, cosas que a mí no me interesan, aunque soy consciente de que hasta mis hijos la usan para el colegio. Pero a mí me sacás el fútbol y me muero. También es verdad que diez años atrás acá se vivía el fútbol de otra manera. Yo crecí con gente grande que me hablaba de fútbol y no me importaba otra cosa. Hoy en el vestuario de lo que menos se habla es de fútbol. Cuando me tocó empezar en Boca estaban Navarro Montoya, Cáceres, estaba Fabbri, Manteca Martínez, Maradona, Caniggia. (Riquelme)

–Lo que sería tenerlo a Caniggia de compañero...

–Recuerdo a Cani en el ’97 el día que le ganamos 2-1 a River en el Monumental, con goles de Toresani y Palermo, después de ir perdiendo. En el segundo tiempo salieron Vivas y Maradona y entramos Caniggia y yo. Cani era ideal para el contragolpe.

–Y Diego...

–Con él disfrutábamos más en los entrenamientos. Hacíamos una hora de fútbol. Verlo cómo controlaba, cómo pateaba, lo que transmitía.

–Además tenía una gran visión del juego, veía todo lo que pasaba.

–Pateaba sin mirar, miraba para un lado y le daba al otro. Hacía todo bien y se notaba todo lo que había sido.

–En el fútbol cada día se busca más lo físico, y se equivocan. El físico no es más que un complemento. Yo, cuando entrenaba, siempre me sentaba en un balón. Y me decían: “¿Por qué usted no corre con los jugadores?”. “Pues porque no veo el entrenamiento”, respondía. Es como un coche. Si vas a cien, no ves el paisaje. Si vas a 30, te da tiempo. En el fútbol falta mucho sentido común. Es la razón por la que también me negué a hacer el curso de entrenadores para lograr el título. Yo no tenía ningún problema en estudiar lo que no sé, pero no que me enseñasen táctica o técnica. ¿Qué me va a enseñar un profesor a mí sobre técnica? En todo caso, tendría que ser yo el profesor, ¿no? Yo, cuando jugaba con 16 años, ya dirigía a mis compañeros dentro del campo. ¿Es un don que yo tengo? Posiblemente. Veo las cosas en el campo dos pasos antes que el resto. Por eso no puedo ir a clases de táctica. Es absurdo. Y por eso me inventé el cargo de “director técnico” para poder dirigir sin carnet. (Cruyff)

–Hay veces que uno, como técnico, está confundido con todo lo que ve. Entonces lo que hago es volver a ver al Ajax o al Brasil de los ’70. Y me resulta mucho más esclarecedor que cualquier libro. (Cappa)

–Sin ofender a nadie, yo tuve dos jugadores que hicieron el cursillo. Uno aprobó y otro no. Y la razón del aplazo fue que, el día del examen final, ese futbolista estaba jugando con el equipo en Moscú. Y el otro, el que aprobó, no había sido convocado. ¡Qué cosa más absurda!

–Yo me pongo enfermo cuando veo a los técnicos apuntar constantemente cosas durante el partido. ¿Qué apuntarán?

–Yo tengo la sensación de que para muchos entrenadores son más importantes los entrenamientos que los partidos. Para ellos, el partido sólo confirma si han entrenado bien o no. Están más cabreados si hay partido que si hay entrenamiento. Están obsesionados.

–Te digo que jugando con cuatro en el fondo es igual si querés ser ofensivo. Porque ponés los laterales en la mitad de la cancha y los volantes bien de punta, según por donde venga la jugada. Finalmente, cuando atacamos nos quedamos con tres en el fondo. (Cappa)

–El problema es que muchas veces, cuando el lateral no ha llegado a la mitad del campo, el volante de ese lado se le acerca para pedirle el balón y chocan los dos, se encierran ellos mismos. (Guardiola)

–Bueno, pero eso es cuestión de trabajarlo y coordinarlo.

–Al final todas son buenas, es según lo que quieras, cómo quieras jugar.

–¿Te acordás del Milan de Van Basten? Era un equipo ofensivo y cuando tenían la pelota los volantes de afuera iban arriba y la línea de fondo se paraba casi en la mitad de la cancha.

–Jugaban en campo contrario.

–Te dicen que es moderno jugar con tres en el fondo, cuando en realidad juegan con cinco defensores, cuatro volantes y un delantero que abandonan allí arriba. No lo hacen para jugar con extremos.

–Hacen el embudo.

–El embudo para atacar. Se encierran solos y dicen que eso es moderno. También dicen que ahora el fútbol es más rápido porque ha evolucionado. Por eso me gustaría que hablaras sobre la velocidad en el fútbol.

–Me imagino que todos los argentinos saben qué es la velocidad.

–No, todos no.

–Bueno, yo siempre he dicho que habría que exigirles a todas las federaciones que obliguen a cortar el césped bien cortito y mojar un poco el campo para que así pueda ir rápido la pelota. Yo tuve un entrenador que me decía que el pase siempre es mucho más veloz que cualquier jugador.

–Laudrup era más rápido en el fútbol que Carl Lewis.

–Eso seguro.

–En otras palabras, la pelota es más rápida que el jugador.

–Claro, por eso los equipos que juegan a uno o dos toques siempre son más rápidos que cualquier otro equipo del mundo.

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