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El alemán Sebastian Vettel (Red Bull) se convirtió ayer en el Gran Premio de Brasil en el tricampeón más joven en la historia de la Fórmula 1, a sólo cinco años de su debut en la máxima categoría. Todo le llegó muy rápido: entre Indianápolis-2007 y Brasil-2012 logró tres títulos mundiales, 27 victorias, 36 poles, 14 vueltas rápidas y 46 podios.
El tricampeonato logrado en el circuito de Interlagos, San Pablo, lo encaramó junto a las leyendas Ayrton Senna, Nelson Piquet, Niki Lauda, Jackie Stewart y Jack Brabham, todos con tres títulos. Pero ninguno de ellos logró esa marca a los 25 años de edad y en 101 carreras como Vettel, que en el camino fue el piloto más joven en ganar un Gran Premio con pole incluida (con Toro Rosso en Italia 2008), el campeón más joven, el bicampeón más joven y ayer igualó a Stewart en 27 victorias.
El alemán debutó en la categoría en 2007 en el Gran Premio de Estados Unidos en Indianápolis, como reemplazo del polaco Robert Kubica, accidentado en el Gran Premio anterior en Canadá. Sorprendió a todos al finalizar en los puntos (octavo puesto) y casi de inmediato pasó al equipo Toro Rosso, que viene a ser como un “Red Bull B”, ideado para formar sus futuras estrellas. En 2008 llegó al “templo de la velocidad” en Monza, Italia, y en condiciones meteorológicas inestables se las arregló para marcar la pole y luego ganar el Gran Premio. Había llegado un astro de la Fórmula 1 a los 21 años de edad.
Vettel nació en Heppenheim, Alemania, el 3 de julio de 1987, y ya en 1995 hacía su primeras armas en un kart. Empezó a correr en monoplazas en 2003, y en su estreno en la Fórmula BMW se quedó con 18 triunfos en 20 carreras.
El camino hacia la F-1 estaba abierto y probó su primer bólido en 2005, cuando Williams le dio una oportunidad. En la temporada siguiente ya era piloto reserva de Sauber-BMW e impresionaba cada vez que conducía el coche en los entrenamientos libres de los viernes, cuando los equipos aprovechan para darles experiencia a sus pilotos de reserva.
Tras la oportunidad de 2007 ya no miró atrás y 2008 fue su primera temporada completa, ahora en el mundo Red Bull con Toro Rosso. Para 2009 ya era el piloto estrella de Red Bull, cuyos bólidos diseñados por el británico hacedor de autos campeones Adrian Newey empezaron a luchar por el título. Vettel fue subcampeón con cuatro triunfos, pero incapaz de descontar la ventaja inicial del británico Jenson Button con su Brawn GP y cometiendo el ocasional error en algunas carreras.
Inició la temporada 2010 como favorito, pero otra vez su inconsistencia hizo que llegara a la última carrera en Abu Dhabi necesitado de un triunfo y que el español Fernando Alonso (Ferrari) casi no puntuara. El milagro ocurrió y Vettel se llevó el título 2010 con cinco triunfos. Todo el poder de Red Bull y el talento del alemán se desataron en un 2011 aplastante: 11 triunfos, cinco veces segundo, una vez tercero, otra cuarto y un solo abandono.
Nada pudo detener a la locomotora Vettel en la temporada pasada, similar a lo ocurrido en 2012 en la última parte del torneo, donde tras un inicio inestable venció cuatro carreras consecutivas entre Singapur e India, y quedó a las puertas del título llegando a Austin, Estados Unidos, la penúltima prueba del año. Vettel se quedó con el título finalmente ayer en Brasil con una ventaja de tres puntos (281 a 278 de Alonso), tras una carrera dramática en la cual el título osciló entre el alemán y Alonso en cinco oportunidades.
La carrera afectada por la lluvia tuvo la salida del auto de seguridad en dos oportunidades. La segunda vez fue a falta de una vuelta por el accidente del británico Paul Di Resta (Force India), lo que aseguró el título de Vettel.
El alemán llegó a San Pablo con una ventaja de 13 puntos, pero todo se complicó en el inicio cuando fue golpeado por Bruno Senna (Williams), perdió el alerón delantero y quedó en dirección contraria a la carrera.
Crucialmente pudo regresar y remontar posiciones, para lograr el puesto 11 ya en la vuelta seis. Finalmente, Vettel se instaló en el sexto puesto, suficiente para compensar el segundo lugar de Alonso, aunque con el corazón en la boca por si le ocurría algo a Button en la punta. Pese a los intentos de Alonso, otra vez rival del alemán, desde ayer hay un nuevo tricampeón y nadie sabe cuándo dejará de acumular títulos.
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