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Lunes, 29 de diciembre de 2008
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Juan Román Riquelme, el jugador más destacado del medio local

La pelota lo sigue, hipnotizada

Campeón con la Selección en los Juegos Olímpicos y con Boca en el Apertura y la Recopa Sudamericana, se destacó tanto por su clase insuperada como por su capacidad para dividir las aguas del ambiente futbolístico.

Por Ariel Greco
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Otro año con protagonismo supremo, tanto adentro como afuera de la cancha. Cada temporada que pasa, Juan Román Riquelme asume más su rol de líder, lo que también transformó a ese pibe tímido y callado de hace una década en un personaje capaz de generar polémicas, que divide opiniones y que tiene una voz cada vez más pesada. Y que, sobre todo, no pasa inadvertido. Por eso volvió a convertirse en una de las personalidades del año en el deporte argentino. Tanto que fue galardonado con el Olimpia de plata en fútbol y es uno de los candidatos a ganar el trofeo que anualmente entrega el diario El País de Montevideo al mejor jugador de América.

“Quiero ir a los Juegos Olímpicos, es el único torneo que me falta jugar.” Con esa frase, el mediocampista de Boca se candidateó a principios de año para ser uno de los tres mayores del plantel que iba a viajar a Beijing en agosto. Con la gracia del entrenador Sergio Batista, Riquelme se pudo dar el gusto y consiguió la medalla dorada, con un equipo que fue justo campeón, con la yapa de un memorable 3-0 a Brasil en las semifinales. Sin brillar, su actuación fue correcta, aunque lo más importante fue apagar un incipiente foco de conflicto con Lionel Messi. Ante las versiones de una supuesta interna, los dos se mostraron juntos afuera del terreno y se encontraron aún más dentro de la cancha, para conformar una buena sociedad que todavía no terminó de cuajar en la Selección.

Casi sin tiempo de descanso, Riquelme se embarcó desde China para ayudar a Boca a levantar la primera copa del año. Atrás había quedado la frustración en la Libertadores, cuando sus dos goles ante Fluminense no alcanzaron para acceder a una nueva final. Con un tanto suyo de tiro libre, el equipo de Ischia superó a Arsenal y se llevó la Recopa. Claro que ese trajín lo terminó pagando en el Apertura, con actuaciones pobres y algunos cuestionamientos, incluso de algunos compañeros. Hasta pareció que todo iba a estallar en la previa del Superclásico, cuando Boca acumulaba tres derrotas casi seguidas y el paraguayo Julio César Cáceres acusó al volante de tener poco compromiso con el equipo. Tras una durísima respuesta pública, Riquelme le dijo al grupo que no le interesaba tener amigos en el plantel. Pero tras el triunfo ante River en el Monumental con una asistencia suya para Viatri, el ídolo boquense le restó trascendencia a la polémica: “En la cancha somos todos hermanos”.

De ahí en adelante, Boca experimentó una gran levantada, que le permitió descontar el terreno perdido con San Lorenzo y Tigre para llegar al triangular final. Otra vez la injerencia de Riquelme en ese tramo fue fundamental. Gol de tiro libre ante San Lorenzo, la misma fórmula sobre la hora ante Arsenal, pase milimétrico a Figueroa para el triunfo en Tucumán, doblete ante Racing en La Bombonera y un golazo a Colón fue su principal aporte. En ese segmento también ocurrió un acontecimiento que describe a la perfección lo que genera su figura: tuvo que pasar por un juzgado para declarar por una causa que le inició un fiscal por gritarle el segundo gol a Racing a un plateísta que lo había insultado.

Ya en la definición ante San Lorenzo no pesó demasiado, pero le alcanzó para dar un pase genial a Palacio en el segundo gol. Claro que la quinta amonestación que recibió no le permitió estar ante Tigre. Paradojas del destino, otra injusta tarjeta amarilla en el triunfo ante Uruguay por las Eliminatorias no le había permitido estar en la derrota ante Chile, en el que significó el último partido de Alfio Basile al frente de la Selección. Como no podía ser de otra manera, su equipo lo sintió. Igual, la ventaja lograda con él en la cancha resultó suficiente para que Boca diera otra vuelta olímpica, su novena en el club. Y para que Riquelme vuelva a convertirse en uno de los personajes del año del fútbol argentino.

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