El hombre más rápido del mundo, el jamaiquino Usain Bolt, fue descalificado por falsa largada en la final de 100 metros del Mundial de Atletismo, en Daegu (Corea del Sur), y su compatriota Yohan Blake terminó ganando el título al imponerse con un registro de 9s92. Triple campeón olímpico y mundial (100, 200 y 4x100), Bolt se precipitó en la largada y, consciente de que había cometido un error fatal, se despojó inmediatamente de la camiseta y abandonó la pista. Segundos después, Blake, a quien el propio Bolt señaló como "el futuro de la velocidad jamaiquina", quiso acortar los plazos y se proclamó campeón mundial por delante del estadounidense Walter Dix (10s08) y del cristobalense Kim Collins (10s09), campeón en París 2003. El francés Christophe Lemaitre, único blanco en la final, se quedó a las puertas del podio, cuarto con 10s19 en una carrera muy devaluada por las ausencias. Asafa Powell, el más rápido del mundo este año (9s78), había renunciado a competir a causa de una lesión y al final ni siquiera Bolt participó. La jornada registró otro acontecimiento histórico: el sudafricano Oscar Pistorius se convirtió en el primer atleta amputado que compite en un Mundial, y además se clasificó para las semifinales de 400 metros. La Federación Internacional de Atletismo (IAAF), opuesta a su participación, tuvo que acatar el fallo del Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS), que admitió la apelación de Pistorius y resolvió que sus prótesis de fibra de carbono no le otorgan ninguna ventaja en competencia, contra la opinión de algunos expertos que cifran en 10 segundos el provecho.
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