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Eliminado de la Copa Libertadores de América, lejos de la lucha del campeonato y casi sin posibilidades de clasificar a un torneo internacional, Independiente sólo puede aspirar al objetivo que Pastoriza trazó cuando comenzó el campeonato: sumar 25 puntos para no tener problemas con el descenso durante la próxima temporada. Pero sus hinchas sueñan con algo más. Pretenden salvar este mal año de competencia con dos triunfos: una victoria ante Boca en Avellaneda, el próximo domingo, y ganarle a Racing para mantener su paternidad sobre el rival de siempre. Uno de los pocos logros que todavía puede sostener con cierto orgullo.
“Ponga huevo, Rojo, ponga huevo/ que el domingo tenemos que ganar”, cantaron los 5 mil hinchas de Independiente que ayer concurrieron al estadio José Amalfitani para presenciar un pobre 0-0 frente a Vélez. Y es que una victoria habría significado un importante estímulo para un equipo alicaído que necesita algún éxito para cerrar su participación en el certamen de la forma más decorosa posible. El equipo rojo llegará a ese partido con dos bajas importantes: el defensor Hernán Franco y el volante Cristian Giménez no podrán jugar por haber acumulado ambos cinco tarjetas amarillas. Navarro Montoya, que volvió a ser la figura de Independiente, manifestó que el plantel necesita una gran victoria para recuperarse anímicamente. “Necesitamos ganarle a Boca para empezar a creer en nosotros mismos”, señaló el arquero.
Informe: Leonardo Castillo.

VIENEN BOCA Y RACING

El futuro rojo