Lunes, 19 de diciembre de 2005
UN EQUIPO CON POCA ROTACION O CAMBIOS
Los que se saben de memoria
Por Facundo Mart铆nez

Insua le escapa al rustico Palacios.
Alfio Basile se la jug贸, no sin cierta tozudez, por demostrar que jugar dos torneos con un mismo equipo es algo posible. Tuvo que hacer algunos movimientos m铆nimos, por lesiones o cansancio de sus jugadores, e incluso esas rotaciones lo jaquearon y hasta comprometieron los objetivos propuestos y su propio futuro. Pero con f煤tbol, fuerza y convicci贸n, Boca logr贸 recuperarse y termin贸 el semestre con tres t铆tulos: la Recopa, el Apertura y la Copa Sudamericana, todo en el tiempo record de un semestre. Fue preciso el trabajo del t茅cnico para construir y conservar despu茅s cierto equilibrio del equipo, m谩s all谩 de los exagerados riesgos que se tomaron a lo largo del camino. He aqu铆 las claves, los complejos intereses y la intachable voluntad de un equipo que sufri贸 altibajos, pero lleg贸 al final de la temporada templado y fortalecido, como su propio hacedor.
Comenzando de atr谩s, no defraud贸 Roberto Abbondanzieri, dividido entre Boca y la Selecci贸n. No fue quiz谩 su mejor semestre en Boca, pero su labor en ambos frentes ha sido muy positivo: se ha encaminado como ninguno para defender el arco de la Selecci贸n en Alemania y cumpli贸 con creces con Boca, que termin贸 el torneo con s贸lo 17 goles en contra, de los cuales 5 se los convirtieron a su suplente, Ezequiel Medr谩n.
La defensa fue, sin dudas, la que m谩s dificultades atraves贸 hasta encontrar un funcionamiento m谩s o menos 贸ptimo. Primero apareci贸 la lesi贸n de Hugo Ibarra, que lo margin贸 del equipo cuando apenas comenzaba a hacer pie. Su reemplazante, Jos茅 Mar铆a Calvo, jug贸 en un nivel m谩s que aceptable y eso incluso complic贸 a Basile al momento de elegir. El torneo lo complet贸 finalmente el formose帽o y lo hizo a lo grande, brillando frente a la Universidad Cat贸lica por la Sudamericana y mejor a煤n en las 煤ltimas fechas del Apertura ante Independiente y Olimpo. En cambio, el caso de Juan Krupoviesa fue distinto. Desde su llegada fue tocado por la varita de la titularidad, pero no pareci贸 estar a la altura de las circunstancias, salvo en los 煤ltimos tramos de ambos torneos; su 煤nico mejor partido fue frente a Independiente, y eso no parece ser suficiente.
Los zagueros fueron los m谩s cuestionados, sobre todo en el arranque del torneo, cuando el desentendimiento y la falta de ritmo entre ellos fueron moneda corriente. Rolando Schiavi (con ganas de emigrar a Espa帽a, a la segunda divisi贸n, seguramente) dio muestras de agotamiento f铆sico y de cierta lentitud para resolver, aunque termin贸 cumpliendo su papel. Seguro contribuy贸 en eso la colaboraci贸n y gran categor铆a del catamarque帽o Daniel D铆az, que arranc贸 flojo pero fue creciendo, haciendo valer su t茅cnica en las dos 谩reas: defendiendo en la suya y anotando goles en las otras.
Lo mejor de este Boca fue del medio hacia arriba. En la zona de volantes fue clave el retorno de Sebasti谩n Battaglia, que incluy贸 tambi茅n una capitan铆a a medida. Luch贸 firme en el medio y supo asociar su juego con Fernando Gago y Federico Ins煤a, sin olvidar algunas buenas combinaciones con Rodrigo Palacio, que fueron creciendo a medida que pasaban los partidos. Gago, por su parte, rompi贸 todos los moldes. Se adue帽贸 del mediocampo con un estilo propio, distinto a todos, combinando garra con buen pie y un excelente criterio para hacer circular la pelota, lo que se dice una exquisitez para un f煤tbol aturdido de cincos toscos y pegadores. Sorprendieron, en cambio, las diferencias entre el arranque y el final de Daniel Bilos, acaso el jugador que, por su constancia y estilo, m谩s sinti贸 el desdoblamiento del esfuerzo. Fue sustancial para el equipo en los primeros tramos de ambas competencias y su rendimiento se podr铆a medir casi en espejo con el Ins煤a, de floj铆simo comienzo y un final voluntarioso en el que consigui贸 imponer su interesante repertorio de variantes.
En el ataque, Mart铆n Palermo estuvo casi siempre fuera de tiempo, en uno propio, desquiciado con relaci贸n al colectivo; m谩s all谩 de su presencia amenazante, termin贸 siendo la nota disonante del equipo, y quiz谩 por eso prometi贸 para el 2006 mejorar f铆sicamente y convertirse en el goleador de Boca. El que ya no es una promesa es Palacio, quien atraves贸 un per铆odotan rico que no son pocos lo que le ven un futuro inmenso en la Selecci贸n. Fue el goleador de Boca, con diez tantos en el torneo local y cinco en la Sudamericana, pero a煤n m谩s importante que eso, que por supuesto no es poca cosa, son sus tremendas condiciones para desequilibrar, combinando gambeta con velocidad, caracter铆sticas que explotadas como 茅l lo hace lo convierten quiz谩s en el jugador m谩s moderno del f煤tbol argentino.
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