Fútbol, lo que dice fútbol, no hubo mucho, pero en la hora y cuatro minutos que marcaba el reloj en el momento de la suspensión hubo destellos, flashes y estrellitas que iluminaron un poco el cielo del domingo en un campeonato cada vez más oscuro.
Ganaba bien Independiente y hasta parecÃa haber encontrado el camino para justificar la diferencia de dos goles y soñar con extenderla. PerdÃa Racing bien porque, después de jugar a igual gran parte del primer tiempo, pareció desmoronarse en el segundo y habÃa empezado a tirar manotazos ofensivos mientras se desarmaba en el fondo.
Todas las situaciones destacables del segundo tiempo se produjeron en los pagos de Campagnuolo: un remate de Rodrigo DÃaz que se fue por un costado, un buen tiro de MachÃn que dio en la parte externa del arco y el gol de Montenegro. Ustari miraba todo desde lejos en el segundo tiempo, a diferencia de lo que habÃa ocurrido en el primero, cuando tuvo que intervenir en por lo menos cuatro llegadas de Racing, nacidas casi todas en la inspiración de Moralez y la fuerza de Bergessio y Sava. Moralez volcado sobre la izquierda, confinado a manejarse en espacios reducidos, empezó ganándole fácilmente su duelo personal a MachÃn que tenÃa la responsabilidad de frenarlo y, aunque el volante ajustó mejor la marca, el pequeño 10 de Racing –con más pinta de jockey que de futbolista– se las arregló para pescar alguna pelota perdida y exigir a Ustari. Con más espacios, en una posición como enganche seguramente podÃa haber aportado algo más a la ofensiva de Racing, pero Merlo lo mandó a jugar bien abierto buscando un hueco en la lÃnea de tres que plantó Jorge Burruchaga con Abraham, Gioda y RodrÃguez. El técnico de Independiente buscó asegurarse el cero en el propio arco (venÃa de empatar con River y de vencer 1 a 0 a Newell’s en Rosario) y apostó al tridente Montenegro-DÃaz-Denis. En los primeros minutos, la endeble defensa de Racing sufrió mucho por los buenos encuentros de Montenegro y el Rengo DÃaz, y las gambetas de Eluchans volcado a posiciones ofensivas. Y empezó a madurar el gol. Cabral ayudó a que llegara muy rápido cuando cometió un error no forzado, un casi ingenuo penal manoteando en el área una pelota que habÃa lanzado DÃaz desde el ángulo derecho. Costó carÃsimo: penal que Elizondo no dudó en cobrar y gol de Montenegro pegándole a la pelota con fuerza. El remate fue a la izquierda de Campagnuolo, que se habÃa movido hacia el otro lado. Lo mejor de Independiente estuvo en el inicio de los perÃodos no sólo por los goles (6 minutos el penal, 7 minutos del ST el segundo) sino por algunos fugaces encuentros con muchos toques y llegadas claras hasta las últimas posiciones del rival. Ganaba bien Independiente, perdÃa bien Racing, terminó muy mal la tarde de clásico.
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