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Lunes, 30 de julio de 2007
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OPINION

A propósito del mejor jugador

Por Juan José Panno

A una semana del inicio del Apertura, todavía no se sabe si Juan Román Riquelme se quedará en la Argentina o va a emigrar nuevamente. Si se va, lo lamentarán profundamente el fútbol nacional y Boca; sobre todo Boca.

Un breve y superficial repaso a la producción del crack en esta última etapa permite asegurar que resultó un factor fundamental en la conquista de la Copa Libertadores de América y en el buen desempeño del equipo en el frente local, donde estuvo peleando el título con San Lorenzo casi hasta la última fecha.

Cuando, por alguna razón, Román no pudo jugar, su ausencia se hizo evidente en el rendimiento general del equipo y también en lo que suele ser una consecuencia de esto último: los resultados.

Miguel Angel Russo asegura que si Riquelme no se puede quedar lo va a reemplazar con Neri Cardozo, lo cual es bueno para sostener el buen clima dentro del plantel (los técnicos que piden muchos jugadores nuevos son mal vistos por los viejos), aunque no parece la mejor opción. Cardozo es rápido, voluntarioso, movedizo, aunque no parece estar en condiciones de cargarse el equipo al hombro como lo hizo alguna vez Riquelme, cuando las circunstancias lo imponían. Se dirá que, cuando existe un aceitado funcionamiento colectivo, no es necesario que nadie se haga responsable del equipo y no está mal como concepto teórico, pero la verdad es que cuando se cuenta con individualidades como Riquelme, capaces de incentivar a los compañeros tanto como asustar a los rivales, la sincronización colectiva pasa a segundo plano.

Dátolo es una alternativa posible. Pero el ex jugador de Banfield muchas veces no utiliza criteriosamente su gran habilidad y termina embarullado, chocando con los rivales y reduciendo espacios a los propios compañeros. Si Battaglia se afirma como volante central y recupera su nivel de hace algún tiempo, Banega puede jugar más adelantado; pero –hasta ahora– da la sensación de que, para hacer pesar su habilidad, el pibe necesita espacios más amplios y no achicados como aquellos en los que se maneja un enganche.

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