Hasta que el remate ag贸nico de Palacio dobleg贸 las manos del arquero Cevallos, el escenario de la Selecci贸n y su proyecci贸n a futuro inmediato pintaban oscuros. El empate no le arroja brillo 鈥搎ue el partido no tuvo鈥, pero al menos altera el panorama cat谩strofe que pintaba en t茅rminos de resultado, lo que habr铆a sido la segunda derrota consecutiva en las Eliminatorias para el Mundial 2010, teniendo en cuenta la ca铆da en Colombia en noviembre pasado, ya que el juego no tuvo arreglo.
Una derrota ayer habr铆a significado la primera ca铆da de la Argentina en Eliminatorias como local desde la todav铆a dolorosa goleada 0-5 frente a los colombianos en septiembre de 1993, y los cr铆ticos de este ciclo no hubieran dejado de recordar que en aquella oportunidad, tanto como en 茅sta, la Selecci贸n fue conducida por Alfio Basile.
No habr铆a sido muy agradable viajar a Belo Horizonte con el certificado de esa segunda derrota en secuencia, para jugar el partido m谩s riesgoso de todos los que la Argentina afronta cada vez que juega unas Eliminatorias: con Brasil de visitante. Porque aunque este conjunto verde y amarillo carezca de m茅dula sin los jugadores que pueden darle un sello de superioridad apreciable, viene de perder (ellos s铆) dos partidos seguidos (un amistoso contra Venezuela en Estados Unidos y el compromiso de ayer ante Paraguay en Asunci贸n) y acumula un proceso de incremento de presi贸n que bien puede desahogarse el mi茅rcoles.
Sin Mart铆n Demichelis, uno de los tres mejores jugadores de la Selecci贸n en el flojo desempe帽o de ayer (ver p谩gina 4), a ra铆z de la segunda amarilla que recibi贸 por causa de una falta sobre Guerr贸n, y con la posibilidad cierta de que tampoco puedan estar presente Javier Mascherano, otro de los apenas destacados en los 90 minutos de ayer, o Juan Sebasti谩n Ver贸n (que sali贸 golpeado y por eso Basile mand贸 al campo a Palacio... aunque diga que Dios le ilumin贸 el cambio), al t茅cnico le queda como tarea para el hogar rearmar el equipo desde los nombres y el funcionamiento.
El medio es una enorme inc贸gnita: adem谩s de Mascherano y Ver贸n, no habr铆a que descartar la baja de Riquelme 鈥搊bligada por el baj贸n f铆sico鈥 y si el ingreso de Gago es seguro, el resto queda librado a lo que el t茅cnico vaya a idear como alternativa: Battaglia puede ser fija junto a Gago (jugaron juntos en Boca con Basile como t茅cnico) y ser铆an muchos los cambios como para no darle otra oportunidad al floj铆simo Maxi Rodr铆guez. Para el fondo, que Basile perfilar谩 de manera diferente, con cuatro futbolistas cubriendo de sobra el ancho de la cancha, Coloccini de seguro cubrir谩 la vacante dejada por Demichelis.
El empate del final cambi贸 el humor, sin duda, aunque no la pintura del escenario, tanto para la gente 鈥搎ue acudi贸 al Monumental como para asistir a una velada en la 贸pera y termin贸 presenciado una comedia de enredos鈥 como para el comando del seleccionado.
El 鈥淰amos, vamos, Argentina...鈥 con que intent贸 contagiar de esp铆ritu al equipo nacional la audiencia de la Selecci贸n 鈥搎ue ayer no tuvo hinchas sino espectadores鈥 se escuch贸 reci茅n cuando iban 60 minutos, suced谩neo del doloroso 鈥淗ay que saltar / el que no salta, no va al Mundial鈥 que reemplaz贸 a los originales 鈥淓l que no salta es un ingl茅s鈥 o el 鈥淏orombombom, el que no salta es de Ecuador鈥 del arranque del partido. Ya ni siquiera se produc铆an esas faltas cercanas al 谩rea que despertaban en las gargantas el clamor al un铆sono, el 鈥淩iqueeeeelme, Riqueeeelme鈥 con que pretend铆an disfrutar un deseado zapatazo al 谩ngulo que se transformara en el gol del triunfo. Nunca lleg贸 pero, al menos, el gol de Palacio atenu贸 los silbidos que hab铆an empezado a atronar en el fr铆o ambiente del estadio.
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