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- La noticia tempranera del primer gol de San Lorenzo en Rosario le quitó dramatismo a la tarde. Banfield siempre supo que aún perdiendo, era campeón y actuó en consecuencia, sin juego ni fuego.
- Cuando en el segundo tiempo, a fuerza de pelotazos, Banfield había conseguido arrinconar a Boca y arrimarse al empate, llegaron el segundo gol de Palermo y el segundo de San Lorenzo. Todo lo demás fue lo de menos.
- Boca brindó la misma imagen lavada e inexpresiva que paseó en todo el campeonato. Aun así le bastó para ganar, sin haber jugado nunca bien.
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