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Lunes, 17 de marzo de 2003
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ABBONDANZIERI

Padre de Saja

Por Juan Forn
San Lorenzo me tiene de hijo”, declaró en la antesala del clásico el arquero de Boca, Roberto Abbondanzieri, despertando en idénticas proporciones la sonrisa socarrona de los cuervos, la bronca de los bosteros más fanáticos y la mirada tierna de aquellos que lo tienen encuadrado como un tipo frontal y honesto que dice lo que siente sin ponerse el casete. Los números son contundentes: en Boca hasta ayer había jugado cinco partidos ante San Lorenzo de los cuales empató dos y perdió tres. Y si se agregan los encuentros que disputó para Central, suma 3 empates, cinco derrotas y apenas una victoria. Bianchi le debe haber tirado de los huesos en la semana reclamándole que no le agrande a los contrarios, más allá de que los números estén ahí cantando verdades. Ayer, el arquero de Boca cortó la racha negativa y de yapa le ganó el duelo personal a Sebastián Saja.
Lo que sigue es un resumen punto por punto de su actuación:

- Entró a la cancha nervioso y se quedó parado, sin reacción, en la primera llegada de San Lorenzo, un cabezazo de Acosta.

- Retuvo bien un centro cruzado, difícil de Romagnoli.

- Como un recio marcador de punta que cruza a destiempo, lo bajó al grandote Frutos en el penal. El lungo número 6 de San Lorenzo, que se suponía que iba a complicar por arriba, llegó solo, por abajo y fue víctima de un foul violento.
- Eligió el palo correcto en el penal en el que Saja pateó la tierra errándole al arco por un metro y levantó el grito al cielo, tal vez, agradeciendo las comunicaciones de Bianchi.

- Vio pasar un tiro libre de Morel Rodríguez junto a un palo.

- Atajó un cabezazo débil de Acosta, un remate cruzado del mismo Acosta y un cabezazo apurado de Romagnoli.

- Salió sin suerte a cubrir a Acosta, que tiró desviado en una jugada que debió ser anulada por offside.

- Salió a taparlo bien a Cordone, pero no pudo cortar el disparo cruzado que dio en el palo y permitió en el rebote el gol de Luna.

- Sufrió muchísimo, como todo Boca, el cruce de Acosta para Romagnoli, que no llegó en el último minuto.

- Celebró un rato largo al final. Había demasiadas razones.

En el arco de enfrente, Saja, después del penal y antes de los goles de Boca, se hizo el canchero con la tribuna visitante y simuló hamacar a un bebé por aquello de “hijos nuestros”. Se expuso tontamente a las burlas colectivas, que llegaron implacables. El arquero de San Lorenzo tuvo una actuación discretita, pese a que no se le puede atribuir responsabilidad directa en los goles de Boca. Se fue muy caliente, eso sí.

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