–¿Lo sorprendió algo de la Copa Confederaciones en materia futbolÃstica?
–Me gustó la mentalidad del conjunto brasileño. FÃsica y técnicamente es un equipo excelente, extraordinario. Ha tenido una gran disciplina táctica y una gran mentalidad para jugar el torneo. Se ve desde el momento que cantan el himno, eso es la cabeza, algo fundamental. Ellos tienen potencia, desequilibrio, buena técnica, cambio de ritmo. Demostraron personalidad, y parece ser muy fuerte como grupo.
–¿Y de Italia?
–También me gustó mucho. Es un equipo con diferentes esquemas tácticos, pero que siempre respeta una idea de salir jugando desde atrás, y por abajo. Con lÃnea de tres, de cinco, con tres volantes, con cuatro, con un solo hombre de punta. Hizo un extraordinario primer tiempo contra España, desde lo táctico y desde lo estratégico. Tuvo hasta cinco ocasiones de gol. No sólo anuló a España sino que le causó problemas en su última lÃnea. Lógicamente, después sintió el calor y no pudo mantener el ritmo.
–¿La final perdida con Brasil puede marcar un quiebre en el ciclo de España?
–No, para nada. Ya sabemos lo que es España. Lo que pasa es que jugó contra un gran equipo, pero tuvo un dÃa menos de descanso y luego de un tiempo suplementario. Son detalles que suman. Por ejemplo, en la final de la Eurocopa, Italia jugó la semifinal un dÃa después que España, y (Cesare, el técnico) Prandelli declaró que le faltaba un dÃa más de descanso. Ahora jugaron al revés, fue España el que jugó después de Brasil. Estamos en el final de la temporada y se siente; y encima las altas temperaturas no ayudan. Me acuerdo de que en el Mundial del ’98 nosotros jugamos con Holanda y perdimos sobre la hora, pero venÃamos de jugar un dÃa después que ellos. Encima tuvimos que jugar el alargue contra Inglaterra, y ellos pasaron en los 90 minutos. Lo emocional también juega y son detalles que suman.
–¿Cuál es la mejor virtud que le ve a Alemania?
–Todas. FÃsicamente es exuberante, fuerte mentalmente, como siempre fueron los alemanes, tácticamente no dejan nada librado al azar, ni desde lo defensivo ni desde lo ofensivo. Y hay que agregarle el desequilibrio individual. Ellos tuvieron un perÃodo de crisis y cambiaron, apuntaron al mediano y largo plazo. Modificaron la lÃnea de tres con jugadores fuertes, pero técnicamente discretos. Empezaron a salir jugando de atrás. Y aceptaron la doble nacionalidad: entonces tenés jugadores como (Mesut) Özil o (Ilkay) Gündogan, que son dos de los que arman el juego, y que tienen padres extranjeros. Creo que Alemania, junto a España, son los que están arriba del resto.
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