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Domingo, 23 de enero de 2005
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Una apelación a fondo a la literatura argentina desde las sexualidades marginales.

Matan a un marica

Sueños de exterminio.
Homosexualidad y representación en la literatura argentina contemporánea
Gabriel Giorgi
Beatriz Viterbo
198 páginas

Por Cecilia Sosa
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De La invasión de Ricardo Piglia a Diario de la guerra del cerdo de Adolfo Bioy Casares, de Cuerpo a cuerpo de David Viñas a Matan a un marica de Néstor Perlongher, y de allí a Vivir afuera de Fogwill, pasando por El niño proletario de Osvaldo Lamborghini, ¿qué extraña línea enlaza relatos tan disímiles como constitutivos de la literatura argentina posterior a los ‘60? ¿Qué secreto diálogo puede establecerse entre un joven conscripto, testigo mudo de una orgía carcelaria, y el más abyecto y autoritario general del ejército argentino; o entre una ciudad convertida en escenario de una cacería de viejos y otra que alberga las correrías suicidas de las “locas”? En Sueños de exterminio Gabriel Giorgi analiza las distintas formas en las que la ficción local apeló a la figura del homosexual para dar cuenta de las fantasías de exterminio que carcomieron el cuerpo social argentino luego del golpe al peronismo de 1955. La hipótesis es fuerte: para el graduado en literatura y semiótica en la Universidad Nacional de Córdoba (y doctor de la Universidad de Nueva York), la homosexualidad, mucho antes que una identidad sexual más o menos rebelde, funciona como caja de resonancia donde se reproducen y contagian discursos de la limpieza social, la normalización y el control, enhebrando cuerpos y figuras tan disímiles como “peronista”, “proletario”, “viejo”, “judío” o “seropositivo”.
Atención: Sueños de exterminio no es apto para todo público. Y no sólo porque revisa las páginas más inflamadas y malditas de la literatura local; más bien porque apela a toda la batería crítica de la sociología y la filosofía contemporáneas cargando las tintas de tal modo que, por tramos, la lectura se vuelve críptica y hasta expulsiva para bichos no académicos. Agamben, Foucault, Lacan, Zizek, y la lista sigue. Pero a no desesperar, el esfuerzo vale la pena.
La serie se inicia con “Desertores y fascistas: homosexuales en el ejército argentino”, donde Giorgi rastrea ficciones en las que la milicia local exhibe su rol de maquinaria de exterminio. Mientras en Cuerpo a cuerpo de Viñas, homosexualidad, fascismo y represión se funden en la biografía delirante de un monstruoso general Mendibure para señalar el paroxismo de un ejército que luego de 1976 intensifica su violencia hasta el genocidio, en el aterrado deslumbramiento con que el conscripto de “La invasión” (1967) contempla el acoplamiento de Celaya y “el morochito” asiste al revés de la trama, donde lo homosexual aparece ligado al peronismo desertor. En una segunda parte, “Tierras de nadie”, Giorgi examina una multiplicidad de relatos en los que emergen los cuerpos residuales “candidatos” al exterminio. Los viejos sexualizados de Bioy Casares de Diario de la guerra del cerdo (1969), los niños vejados de Lamborghini o las “locas” de Perlongher: todas formas alegóricas de cómo en los cuerpos se inscribe el poder desafiando toda identidad preestablecida. La serie concluye en Vivir afuera (1998), con el genial manuscrito de un “judío errante”, homosexual y seropositivo pergeñado por Fogwill, donde Giorgi lee la más cercana actualización de los “sueños de exterminio”, donde en un contexto de desmantelamiento del Estado y vigilancia global, la excepción se ha vuelto regla.
Aunque difícil, el trabajo de Giorgi muestra cómo la interrogación de la literatura local permite descubrir las fantasías más inconfesables que laten en la historia argentina reciente. En suma, tal como señala Sylvia Molloy desde la contratapa, un libro “inteligente, riguroso y oportuno”.

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