Veneno
Ariel Bermani
Emec茅
226 p谩ginas
Ariel Bermani gan贸 el premio Emec茅 de Novela 2006 con la historia de Quique, protagonista cuyo apodo lleva el t铆tulo: Veneno. La novela est谩 entramada a trav茅s de cuatro encuentros con Stella, un amor inconcluso a lo largo de 25 a帽os. La narraci贸n es una constelaci贸n de fragmentos que gravitan en torno del errante camino de Quique: eventos desafortunados que arrastran a las mujeres que abandon贸, a sus hijos, a deudas y sue帽os que olvid贸, a amistades de la acci贸n cat贸lica de Burzaco, y fundamentalmente a una historia de amor inconclusa que despliega la p谩gina de opciones que no se tomaron.
A Veneno ya lo conocemos por su participaci贸n fugaz e inquietante en Leer y escribir, publicada este mismo a帽o. En la nueva aparici贸n protag贸nica Veneno se deja retratar desde todos los puntos de vista. El rastro que deja la vida de Veneno es difuso como el rastro que deja la sensaci贸n de v茅rtigo. El relato es vertiginoso por el contraste entre la simplicidad de las palabras para la complejidad de los acontecimientos que persiguen.
Tenemos la sensaci贸n de conocer a Veneno desde siempre. Es un marginado visceral, hijo de una madre alcoh贸lica y un vendedor ambulante, con el prontuario social de un cl谩sico vagabundo de los caminos de la vida. La permanente ilusi贸n de encontrar algo que enderece el sinuoso camino que inici贸 en la adolescencia, de la cual apenas reconoce algunas marcas, lo convierte en un luchador, y eso lo diferencia de la figura del fracasado. Stella, el amor inconcluso, es el signo m谩s claro hacia ese pasado en el cual las decisiones estaban frescas. Ese amor abre el relato hacia todos los Quiques que pudo ser, adem谩s del mismo Veneno. 驴Hay alg煤n momento m谩s significativo que otro, en el vaiv茅n de Veneno entre los 鈥70 y el a帽o 2003?
El narrador encontr贸 una forma parca de seguir a su personaje sin acentuar demasiado ning煤n acontecimiento, s贸lo resaltando la pobreza de las voces que componen relato. Los protagonistas y los testigos est谩n repletos de experiencia, al mismo tiempo que enmudecen para demostrarla. Se puede tomar ese estilo como una f贸rmula del llamado realismo social. Tambi茅n puede pensarse como demostraci贸n de la pobreza de la literatura para encontrarse con lo que otra literatura llama realidad social.
Hace algunos a帽os Juan Jos茅 Saer en una entrevista con Daniel Link reflexionaba recordando a 鈥渓os micros que recorren las ciudades de provincia. Uno ve la gente que viaja en esos micros y luego las pel铆culas que les pasan adentro, que son completamente heterog茅neas respecto de la realidad de esa gente鈥. La imagen era un disparador para ubicar la industria cultural y sus efectos en la literatura. Es bien did谩ctica para imaginar el programa de lo que se puede clasificar como una derivaci贸n de literatura realista. 驴Es posible pensar en im谩genes que tengan mayor correlato con la realidad de una mayor铆a excluida por el entretenimiento que los subestima o que no hace m谩s que recordar una condici贸n de excluido? 驴Es posible que haya que disminuir la mayor cantidad de recursos ret贸ricos para que la literatura pueda ser participe del paisaje real de los lectores?
Una respuesta posible es la que propone Veneno: una sucesi贸n de im谩genes que se leen r谩pido, que no permiten detenernos en el peso de lo que uno lee hasta que cerramos el libro. All铆 aparece la impresi贸n, la figura crece fuera de las p谩ginas. El protagonista est谩 muy cerca de empezar una conversaci贸n con el lector pero nunca se detiene en su andar. La fuerza vital que lo caracteriza en la primera p谩gina permanece intacta cuando se despide sobreviviendo al desaparecer en la 煤ltima. La marca imprecisa de Veneno en la lectura se une a la intuici贸n de encontrarlo en cualquier momento, caminando en busca de un mangazo, o de vuelta de un reencuentro con Stella. Como es de esperarse, al final se impone, y el veneno acompa帽a la recorrida de la mirada aun cuando la lectura ya termin贸.
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