Imprimir|Regresar a la nota
Domingo, 17 de septiembre de 2006
logo libros
Judith Butler > Vida precaria. El poder del duelo y la violencia

Atentados que importan

Denunciar las falacias políticas y explorar la precariedad de la vida global post 11 de septiembre son los objetivos de la versátil Judith Butler.

Por Rodolfo Biscia
/fotos/libros/20060917/notas_i/libro04.jpg

Vida precaria. El poder del duelo y la violencia
Judith Butler
Paidós
192 páginas

Reivindicar cierta perspicacia analítica en el contexto de un mundo entregado a la irracionalidad es la tarea desapacible que Judith Butler se autoimpuso en uno de sus últimos libros. Su objeto declarado es la denuncia de un alarmante conjunto de falacias políticas; su propósito más íntimo es la exploración de la precariedad creciente que exhibe toda existencia humana en la actual atmósfera global.

A tono con un extendido estado de guerra que ya no reconoce choques decisivos ni batallas finales, los ensayos iniciales de Vida precaria se ocupan de temáticas ingratamente célebres: la manipulación de la información, las potencialidades políticas del duelo, la disímil contabilización de las víctimas consideradas valiosas o descartadas como indignas. El libro adquiere una módica consistencia teórica recién en el tercer ensayo, cuando Butler apela a Foucault para analizar las peculiaridades legales del infame Guantánamo. Es sabido que el filósofo francés contrapone a la teoría de la soberanía el manido poder disciplinador; sin embargo, otra noción menos popular, la de “gubernamentalidad”, completa la tríada histórica y conceptual que asoma en algunos de sus cursos del Collège de France. De acuerdo con Foucault, la gubernementalité se insinúa a partir del siglo XVIII, desplaza la tradicional soberanía hacia un lugar subalterno e instituye la gestión de la población y los dispositivos de seguridad como objetos privilegiados. Distanciándose tímidamente de su divinidad transatlántica, Butler plantea que, luego del 11 de septiembre, fenómenos como la “detención indefinida”, la censura generalizada o los paranoicos mecanismos de control ilustran un proceso exactamente inverso: el inaudito resurgimiento de la soberanía de Estado, al modo de un anacronismo redivivo instalado en el corazón de los dispositivos de gubernamentalidad.

Pero a Judith Butler también le preocupa desmantelar la contraposición entre el terrorismo entendido como violencia infundada y los atropellos presuntamente legítimos ejercidos bajo el rótulo de “guerra legal”. En esa línea argumentativa se sitúa el cuarto ensayo, sin duda el más agudo del libro. En este caso, el tópico en cuestión no podría ser más delicado: la estrategia burda, pero misteriosamente eficaz, que procura sofocar toda crítica de la política de Israel alentando una equiparación insostenible entre una actitud antiisraelí y otra antisemita. El resuelto énfasis de Butler a la hora de indicar la heterogeneidad de determinaciones como la judeidad, la ciudadanía israelí o la actitud sionista proporciona los fundamentos adecuados tanto para combatir las formas que asume el antisemitismo contemporáneo, como para una crítica responsable del Estado de Israel y su política militar. Menos incisivas, en cambio, son las reflexiones finales, dedicadas a esbozar una “ética judía de la no violencia” profusamente ornamentada con párrafos de Levinas y teñida de su peculiar misticismo de la otredad.

A pesar de su falta de causticidad, Vida precaria excede con creces esa modalidad posmo-engagé del discurso crítico que aflora cuando los conflictos planetarios recrudecen. Escrito desde el centro de un país que puntualmente cumple con la tarea de exacerbar, dondequiera, las discordias latentes, el libro puede resultar audaz; leído en latitudes más australes, corre el riesgo de parecer excesivamente cauto y hasta medroso. Lo interesante es que, mientras ensaya prudentes interpretaciones geopolíticas, Butler pone en juego toda su amplísima provisión de identidades. Sacerdotisa queer, ciudadana norteamericana, vocera de cierto progresismo judío, académica exitosa, feminista sofisticada: parece indudable que Judith Butler es varias mujeres en una, y que parte del valor de sus recientes intervenciones políticas debe buscarse en esa especie de victoria numérica.

© 2000-2023 www.pagina12.com.ar|República Argentina|Todos los Derechos Reservados

Sitio desarrollado con software libre GNU/Linux.