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Domingo, 1 de abril de 2007
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Familias

De tal palo

Joe Hill logró ubicar una novela en la lista de best sellers. Pero lo más sorpresivo fue que se trata del hijo de Stephen King, hasta ahora una joya oculta de la familia.

Por Andrew Gumbel *
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Durante diez años, Joe Hill fue un inédito y luchador escritor más, yendo de un proyecto de libro a otro, sólo para verlos rechazados. Ahora, sin embargo, tiene un best seller en sus manos –un eficaz thriller de terror titulado Heart Shaped Box (Caja con forma de corazón)– y un secreto que revelar. Efectivamente, él es el hijo de Stephen King, maestro del terror popular norteamericano. Pero no fue a causa del éxito de Caja con forma de corazón (cuyos derechos cinematográficos vendió seis meses antes de que el libro fuera publicado) que su identidad pudo haber permanecido aún en secreto. Hill estaba tan decidido a hacerse su propio camino en el mundo literario sin aprovechar el nombre de su padre que le ocultó su identidad a su propio agente literario por diez años. Akiva Goldsman, el escritor de Hollywood y productor que aceptó su libro, jura que no tenía idea de con quién estaba lidiando hasta que la tinta del contrato finalmente estuvo seca.

Dos cosas sin embargo han cambiado. Una es que Hill dejó, indiscutiblemente, su propia marca en el mapa literario, por lo que la necesidad de mantener el secreto se evaporó. La otra es el impactante parecido físico con su padre de joven. Como muchos notaron, la fotografía del autor en Caja con forma de corazón, en la cual Hill ostenta barba negra y pelo ligeramente enmarañado, es casi una copia de la fotografía de su padre en Danza macabra, publicada en 1981 cuando King tenía la edad que hoy tiene su hijo.

Los rumores sobre el vínculo familiar estuvieron zumbando durante dos años por Internet desde que una laureada colección de cuentos de terror de Hill, llamada 20th Century Ghosts, fue publicada en Gran Bretaña. Finalmente, el secreto fue revelado el año pasado por Variety.

Por entonces, sin embargo, su colección de cuentos ya había sido distinguida con el premio Bram Stoker y un par de concursos británicos para género fantástico. Su reconocimiento, en otras palabras, ya estaba consumado. “Realmente quise permitirme crecer y caerme solo”, dijo Hill en una reciente entrevista.

“Una de las ventajas fue que eso mantuvo mis errores en privado.”

Una de las principales razones por las que Hill prefirió mantener su anonimato fue porque, cuando tenía 12 años, había publicado un artículo en un diario local de Maine, donde se crió. Mirando hacia atrás, consideró que el ensayo era torpe y estaba plagado de lugares comunes. Y si se publicó fue solamente porque, tal como señaló el propio editor de la nota, él era hijo de un escritor famoso.

Elegir un seudónimo fue tarea fácil. Su nombre verdadero es Joseph Hillston King –nombre inspirado en un líder sindical de principios del siglo veinte, llamado Joe Hill, quien terminó siendo ejecutado por asesinato–.

Caja con forma de corazón rinde homenaje a una canción del mismo nombre, de Nirvana. La historia, sin embargo, narra la vampiresca historia de un coleccionista de objetos de personajes célebres. El libro, publicado el mes pasado en Estados Unidos, fue recibido con mucho entusiasmo y hasta figuró en el top ten de los best seller de The New York Times.

Hill está lejos de ser el único miembro de la familia King que siguió los pasos de Stephen. Su madre, Tabitha King, ha publicado durante décadas numerosas novelas. Su hermano menor, Owen King, surgió en 2005 con una bien recibida nouvelle y colección de cuentos. El único hermano que todavía no lo hizo fue Naomi King, la mayor de los tres, quien a lo largo de su vida cambió de carreras como de camisa. Pero Hill dijo que su hermana está trabajando en un proyecto de no ficción: un extenso estudio sobre el lugar en la cultura norteamericana del sermón como texto literario.

Es que tal como declaró recientemente Stephen King a propósito de sus retoños en un foro literario de Nueva York: “Los senté en mis rodillas, les leí cuentos, les cambié los pañales y ahora están creciendo y, por sobre todas las cosas, se han convertido en escritores. Estoy realmente orgulloso de ellos”.

* De The Independent, de Gran Bretaña. Especial para Página/12.

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