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Domingo, 27 de mayo de 2007
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El corazón helado, de Almudena Grandes

La Grandes

Almudena Grandes dio a conocer una novela monumental sobre la Guerra Civil Española: El corazón
helado, donde pone el acento en el modo en que
las nuevas generaciones procesan todo lo sucedido
entre los bandos del pasado e ilumina zonas poco transitadas de aquella guerra.

Por Rodrigo Orihuela
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El corazón helado
Almudena Grandes
Tusquets
933 páginas.

En sus Proverbios y Cantares, Antonio Machado proclamó que “Una de las dos Españas ha de helarte el corazón”. Casi setenta años después Almudena Grandes se ha inspirado en aquellos versos para dar título a su última novela, El corazón helado. La elección del título y la inclusión del verso de Machado en la primera hoja del libro es toda una declaración de principios por parte de la autora madrileña de Las edades de Lulú, quien en El corazón helado toma sin tapujos la bandera de los vencidos y habla a través de voces republicanas y antifascistas similares a las del poeta.

La Guerra Civil Española sedujo a grandes intelectuales extranjeros de la talla de Ernest Hemingway, George Orwell, WH Auden y André Malraux y por ello fue una guerra de la que se escribió mucho y bien, a tal punto que al día de hoy “la gran novela” de la Guerra Civil sigue siendo Por quién doblan las campanas de Hemingway, por encima de cualquier libro escrito por un español.

Pero los autores españoles actuales cuentan con una ventaja respecto de Hemingway y sus contemporáneos: la perspectiva histórica que les permite analizar hasta qué punto tuvo sentido entregar la vida por aquellos ideales. Ejemplo de ello son los trabajos de autores como Javier Cercas en su exitosa Soldados de Salamina, Manuel Rivas en El lápiz del carpintero y ahora Grandes con su gigantesca novela de casi mil páginas.

El corazón helado se divide en dos partes intercaladas, relatadas con buena prosa. La primera es una historia actual, que se desarrolla en 2005 y que es narrada por Alvaro, un físico, académico izquierdista, marido y padre satisfecho con su vida. La segunda historia se centra en los tiempos de la Guerra Civil y narra los años de juventud del heroico soldado republicano Ignacio Fernández y del ambicioso franquista Julio Carrión González, padre de Alvaro.

El libro comienza con el entierro de Julio, durante el cual a Alvaro le llama la atención la presencia de una mujer desconocida que observa la ceremonia desde lejos. Una inesperada solicitud de su madre hará que Alvaro termine por conocer y enamorarse de la desconocida, Raquel Fernández Perea, nieta de Ignacio Fernández. Este amor inesperado cambia la vida de Alvaro y abre la puerta a una serie de misterios que lo harán investigar el pasado de su admirado padre, desconocido para él y sus hermanos. Tanto el romance como la investigación tienen todos los ingredientes necesarios del buen suspenso: cartas escondidas, carpetas misteriosas, jóvenes amantes y vidas paralelas.

Si bien el concepto detrás de la historia de Raquel y Alvaro es interesante, son las historias del pasado las que realmente cautivan y hacen que valga la pena leer El corazón helado. Estas historias del pasado son crónicas de traiciones, revanchas y desilusiones; son historias de los muertos, los sobrevivientes, los exiliados y los vendepatrias que dejó la Guerra Civil. Es el relato de cómo rojos y franquistas cruzaron sus caminos y vieron caer o consolidarse sus sueños según el bando al que perteneciesen.

La vida de Ignacio Fernández Otero es la de uno de tantos defensores de la República que perdieron decenas de amigos y parientes, teniendo que exiliarse y dejar atrás sus posesiones. Con esta historia Grandes intenta además hacer justicia con los republicanos a los que, elogiados por el mundo durante algún tiempo gracias a Hemingway, Orwell y compañía, más tarde se les daría la espalda, olvidándolos y dejándolos a merced de la represión franquista y el maltrato de gobiernos extranjeros. La maravillosa narración del momento en que Ignacio Fernández, siendo ya abuelo, se lanza a las calles de París a festejar la muerte de Franco es conmovedora y relata a la perfección el sufrimiento de los exiliados republicanos como rara vez se ha hecho, gracias en parte a que es contada a través de los ojos de su pequeña nieta Raquel.

Por otro lado, la historia de Julio Carrión es la de un empresario exitoso del régimen franquista. Carrión es, ante todo, un amoral que opta por apoyar al franquismo porque le conviene, no por convicción. Al retratar a Carrión y a su gran amigo Eugenio Sánchez Delgado, Grandes intenta mostrar la diferencia entre aquellos que se plegaron al franquismo porque les convenía y aquellos que, como Eugenio, eran derechistas por ideología y no estuvieron de acuerdo con el rumbo que tomó el país tras vencer en el guerra.

La habilidad para crear una trama coherente llena de personajes y pequeñas historias es una de las destrezas de Grandes a lo largo del libro. Existen infinidad de personajes y situaciones memorables: desde la bella y triste viuda Paloma Fernández, hasta el militante comunista que se alista en la División Azul (la brigada franquista que peleó junto al ejército nazi en Polonia) con el único fin de desertar para unirse al ejército soviético, pasando por la patrulla de republicanos españoles que combatieron en la resistencia francesa contra la ocupación alemana. A pesar de su extensión, el libro es llevadero gracias en gran parte a la calidad de estos personajes e historias, más allá de que se podría haber prescindido de algunos ellos.

Extrañamente para un libro tan extenso, existen incluso momentos y personajes a quienes no se les da el espacio suficiente. La vida en el exilio y la lucha de la Resistencia francesa son los dos ejemplos más claros. En cambio, la reiteración de escenas de amor entre Raquel y Alvaro hace que el libro pierda fuerza, al mostrar una y otra vez cuánto se quieren uno al otro, como si la autora quisiera convencerse a sí misma y al lector, a fuerza de adjetivos románticos y escenas sensuales, de que ese intrincado amor es posible.

Y quizás este empeño sea necesario ya que esa relación inaudita es uno de los muchos símbolos claves que conforman el libro. Por encima de todo, El corazón helado es una gran metáfora de la historia moderna española: el personaje franquista que quiere olvidar y esconder la verdad sobre su madre socialista es una alegoría del país franquista que reniega de su pasado socialista, mientras que el romance entre los descendientes del franquista y el socialista enfrentados es una metáfora de las generaciones españolas posteriores que han tenido que superar, poco a poco, las diferencias heredadas de la Guerra Civil, tratando de avivar el corazón helado de sus abuelos y curando heridas de un pasado que no vivieron.

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