Hay textos que est谩n cristalizados en una lectura. Libros, relatos o poemas que el tiempo y las generaciones de lectores han ido encasillando y que s贸lo un cambio radical en las formas de leer podr铆an renovar. El caso paradigm谩tico, de manual, es por supuesto el de los Evangelios. Los Evangelios son, dir铆a cualquiera al que se le pregunte, textos dogm谩ticos, doctrinales. S贸lo un polemista o un utopista alucinado dir铆a que los relatos de Marcos, Mateo, Lucas y Juan son literatura pura, a secas. Sin embargo, quien quiera puede forzar un poco los l铆mites impuestos por siglos de religi贸n cristiana y leer esas escrituras buscando ah铆 el deleite exquisito de una prosa extra帽a. Eso se plante贸 el escritor catal谩n J. F. Mira, y no le tembl贸 el pulso a la hora de llevar esa inquietud a la pr谩ctica y perpetrar una traducci贸n puramente literaria de los Evangelios. Son innumerables las encrucijadas que una empresa de esta 铆ndole debe sortear. Remit谩monos, entonces, a las b谩sicas. Mira asegura en el pr贸logo que una primera cuesti贸n que tuvo que encarar, acaso la radical, ha sido depurar al texto de connotaciones agregadas por el tiempo y las tradiciones can贸nicas. Por ejemplo, conceptos como 鈥済racia鈥, tan arraigados en el imaginario planetario de una religi贸n, ten铆an que ser traducidos con otra carga, pues s贸lo minando una a una esas cristalizaciones los Evangelios pod铆an revivir como literatura. Pero no se trata s贸lo de detalles l茅xicos: Mira intervino el libro en su dimensi贸n estructural, para conferirle una soltura casi de novela. As铆, dio vuelta el orden de algunos evangelios, con la idea de que la narraci贸n se encadene, y suprimi贸 la minuciosa divisi贸n en vers铆culos, de modo que en perspectiva resulte una narraci贸n no tan cortada y con m谩s aire.
La propuesta de Mira permite encarar desde otra 贸ptica la vieja y superada discusi贸n por la forma y el contenido. 驴Se puede prescindir del mensaje de un libro que deber铆a revelar una verdad trascendental, y perderse en sus formas? Yendo un poco m谩s lejos: 驴se puede leer un libro como Mi lucha, de Adolf Hitler, para ver si escrib铆a bien? Toda una corriente de lectura dir铆a que s铆, que por supuesto. Cada caso puede ser largamente discutido, desde ya, pero lo cierto es que los Evangelios tienen un valor literario asombroso. Mira dice que 鈥渟on 煤nicos y originales: la 鈥榝orma evangelio鈥 es una creaci贸n casi sin precedentes (y sin continuaci贸n, si los consideramos como alg煤n rigor), del mismo modo que no tiene precedentes ni equivalentes, por lo menos en la tradici贸n mediterr谩nea y europea, un personaje como su protagonista鈥.
Muchos estudiosos del tema dicen que lo que atra铆a a los primeros lectores de estos textos no era lo que all铆 se consignaba sino m谩s bien el estilo, la cadencia de la narraci贸n. Despu茅s, claro, las cosas fueron cambiando. Llegaron las ediciones revisadas por el Vaticano, y los que le铆an los Evangelios desde lo literario se encontraron con que todas las traducciones eran sospechosamente ortodoxas. Para intentar dar vuelta, aunque sea desde la modestia de una traducci贸n, esa realidad de siglos, llega la 鈥渧ersi贸n literaria鈥 de J. F. Mira.
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