Justos por pecadores
Fernando Quiroz
Planeta
222 p谩ginas
Cuando en 1928 Josemar铆a Escriv谩 de Balaguer fund贸 el Opus Dei, lo hizo con la convicci贸n de que cualquier persona de fe pod铆a llegar a ser santa. Y que para 茅l la santidad pudiera no ser exclusividad de quienes dedicaban su vida a Dios siguiendo una carrera religiosa, sino tambi茅n un camino al alcance de los laicos, no se deb铆a tanto a una demag贸gica democratizaci贸n de los altares como a una filosof铆a de vida y una formaci贸n en extremo rigurosas. Celibato, ayuno, vida de oraci贸n, mortificaciones corporales (como el uso del cilicio y los azotes) son algunos de los tips que todo buen numerario 鈥揷omo se conoce a los laicos que viven en los centros de la 鈥淥bra鈥濃 debe respetar a rajatabla. R茅gimen que Vicente Robledo, el protagonista de Justos por pecadores, la novela del colombiano Fernando Quiroz que fue finalista del premio Planeta-Casam茅rica 2008, no puede seguir soportando cuando decide escaparse.
Echando mano en parte a su experiencia personal, seg煤n 茅l declar贸 en m谩s de una entrevista, Quiroz construye as铆 un personaje alienado, una conciencia atormentada en la que se ha hecho carne el poder autodestructivo de la culpa, que al inicio de la novela decide terminar de hacerle caso a su deseo de abandonar ese mundo de penitencia y privaciones, en el que ha estado inmerso durante m谩s de diez a帽os, cuando se da cuenta de que hay montado un 鈥減lan en su contra鈥. El hecho es que hace d铆as lo vienen medicando con el secreto fin de anular su voluntad y disipar las dudas que su confesor ha entrevisto detr谩s de la tristeza que lo embarga. Y de eso Vicente se entera cuando una noche entra a hurtadillas a la Direcci贸n y roba su legajo, y lee en sus p谩ginas el pormenorizado seguimiento que vienen haciendo de todas sus acciones, y halla una carta de su padre, con fecha reciente, que no le han entregado, en la que le dice que tiene c谩ncer y que su muerte est谩 pr贸xima.
A partir de all铆, del momento en que el protagonista decide escapar y tomar contacto con Eduardo, un ex compa帽ero del Opus que opt贸 antes que 茅l por el mismo camino, Justos por pecadores narra el exorcismo al que Vicente se entrega para desarticular el 鈥渓avado de cerebro鈥 del que ha sido v铆ctima todos esos a帽os. Un proceso de recuperaci贸n que inicia de la mano de su amigo, prosigue al lado de su padre, y termina de afinar junto con Ana, la mujer de la que se enamora y con la que intentar谩 superar sus trastornos sexuales. Pero no es precisamente pathos lo que nos genera el personaje, sino m谩s bien una mezcla de asombro y de conmiseraci贸n ante sus escr煤pulos y su fanatismo religioso. As铆, que el Opus Dei sea art铆fice de ese fanatismo explica que esta novela se proponga denunciar sus excesos y su car谩cter sectario. Algo que Dan Brown realizaba en El c贸digo Da Vinci vali茅ndose de un andamiaje de ra铆z conspirativa, y que Quiroz expone en las cicatrices que las violencias de la fe han dejado en el alma y en el cuerpo de un ser apocado.
Escrita con sobriedad y econom铆a, Justos por pecadores adolece, no obstante, de cierta linealidad al nivel de la trama que busca ser disimulada en lo que a todas luces es la apuesta central de la novela: la exposici贸n de un caso. Un caso, el de Vicente Robledo, que dista de ser excepcional en raz贸n de que son muchas las personas que en la realidad han abandonado el Opus Dei denunciando la coacci贸n psicol贸gica y las maniobras de control de las que all铆 han sido v铆ctimas, as铆 como los turbios intereses que mueven a esta congregaci贸n que, incluso en ciertos sectores de la Iglesia Cat贸lica, es objeto de las m谩s oscuras suspicacias.
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