Fantasmas
Judith Hermann
RBA
259 páginas
Con sólo contar lo que está pasando, a cualquiera se le tendrÃa que romper el corazón.†AsÃ, con esta oración, Bertolt Brecht expresa toda una tradición de teorÃa estética: la fuerza de un lenguaje simple como principal herramienta narrativa. Sin duda, es sobre este principio del maestro alemán que la autora berlinesa Judith Hermann va construyendo los relatos que conforman Fantasmas, su segundo libro de cuentos traducido al español. Los siete relatos que integran este libro de cuentos están recorridos por un único punto de vista que tiene la fuerza de una lanza unificadora, donde los personajes viajan de un extremo al otro del planeta trazando sin embargo un mapa de recorridos Ãntimos que van del puro presente a las marcas imborrables del pasado.
Los relatos son siete, los escenarios también: BerlÃn, Reykjavik, Venecia, Praga, el desierto de Nevada, Tromso y Karlovy Vary. Los personajes viajan pero no son turistas. No pretenden de cada viaje más que encontrar ese pliegue de fuga por donde salirse de sà mismos, donde abandonarse a la mirada del otro. La soledad de a dos o el extrañamiento del prójimo son la columna vertebral de cada vÃnculo de amor o de amistad que se relate. Los personajes llevan en sà mismos esos lugares que son descriptos con la objetiva precisión de una cámara fotográfica. No se trata de viajeros comunes y corrientes. No exigen determinados destinos turÃsticos, lujo, sol ni atracciones. Sólo permanecen en algún lugar por poco tiempo, para hacer una pausa, dormir, o fumar un cigarrillo. Las historias parecen recortarse por el transcurrir de un eterno presente, pero este libro lleva el tÃtulo de Fantasmas –en realidad Nichts als Gespenster o Nada más que fantasmas si la traducción fuera un poco más rigurosa– y como no puede haber fantasmas sin pasado, los siete relatos se terminan enhebrando por la aparición tan repentina como fugaz de una imagen, una mirada, una charla que vuelve del más allá del tiempo para cambiar irremediablemente todo. Asà es como se cuenta el segundo en que una amiga decide traicionar a la otra, el frágil hilo del que penden las relaciones de pareja y la vÃspera de un año nuevo que será una repetición más del fracaso prometido. El pasado y sus figuras erran por el mundo como sonámbulos melancólicos, los fantasmas son de carne y hueso, sólo hay que tener la lente preparada para poder verlos en cualquier cruce de caminos.
En este Fantasmas traducido al español hay aún otra pérdida que lamentar. La frase que Judith Hermann cita en el prefacio de su segundo libro no ha sido agregada en esta edición. Es de los Beach Boys y dice asÃ: “Wouldn’t it be nice / if we could live here / make this the kind of place / where we belongâ€. Es también un adelanto de la temática del volumen: tener un lugar propio, sentirse parte de algo. Hermann nació y se crió en BerlÃn. Allà vive y escribe actualmente. Estos personajes que recorren sus dos libros de cuentos son incapaces de establecer conexión tanto con ellos como con los ambientes que los rodean. Esta desconexión está en estrecha relación con la experiencia que las generaciones anteriores y posteriores a 1989 han vivenciado con la ocupación y división de BerlÃn, donde, una vez derribado el muro, la lÃnea divisoria generacional ya no fue tanto geográfica o ideológica, más bien lo que vino a suceder fue una fuerte crisis identitaria. Los personajes y sus fantasmas no hacen más que recrear desde la mirada del otro las condiciones de la memoria: “Nunca he vuelto a ver a las personas que he conocido durante mis viajes por el extranjero [...] pero no es grave, porque nunca los olvidaréâ€, dice la narradora de “El amor a Ari Oskarssonâ€, cuento que cierra este libro de relatos.
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