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Domingo, 6 de diciembre de 2009
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La conjura del pasado

Los fantasmas del pasado vienen a decir que los hombres no hacen la historia a pura voluntad. Retomando el c铆clico legado de Marx, oscilante entre la tragedia y la farsa, Alejandro Guyot da a conocer Brumarios, su primer libro de poemas.

Por Guillermo Saccomanno

Brumarios
Alejandro Guyot
Enargeis
98 p谩ginas

Cuando el 9 de noviembre de 1799 Napole贸n Bonaparte dio el golpe de Estado que termin贸 con el Directorio y dio lugar al Consulado, marc贸 el final de la Revoluci贸n Francesa. A prop贸sito de este hecho, Marx escribi贸 en El 18 Brumario: 鈥淟os hombres no hacen su historia a su propio arbitrio. No la hacen bajo circunstancias que han elegido sino que les fueron determinadas. Circunstancias legadas por el pasado. La tradici贸n de todas las generaciones muertas oprime como una pesadilla el cerebro de los vivos. Y cuando 茅stos aparentan dedicarse precisamente a transformarse y transformar las cosas, en estas 茅pocas de crisis revolucionaria es precisamente cuando conjuran temerosos en su exilio los esp铆ritus del pasado, toman prestados sus nombres, sus consignas de guerra, su ropaje, para, con este disfraz de vejez venerable y este lenguaje prestado, representar la nueva escena de la historia universal鈥.

Brumarios, el primer libro de poemas de Alejandro Guyot, tiene una deuda honesta, es decir, declarada impl铆citamente, con la idea de Marx acerca de la conjura del pasado. Y no menos le debe, en lo que a su t铆tulo corresponde, al segundo mes del calendario republicano franc茅s, el Brumario que se extiende desde fines de octubre a fines de noviembre y alude a las neblinas y las brumas. Lo que llama de entrada la curiosidad del lector es la cantidad de ac谩pites que presiden sus poemas. Desde Tom Waits y Leonard Cohen pasando por Mika Waltari y Par Lagerkvist hasta llegar a Osvaldo Lamborghini y Juan Gelman. Podr铆a pensarse en este citar permanente como un lustre literario, incluyendo, con sarcasmo chirriante, citas de Hitler y Carlos Menem. Las citas como inseguridad, se dir铆a, punto de apoyo. Pero tambi茅n, por qu茅 no, interpretar estos poemas como una estrategia: la creaci贸n de apostillas de las citas que ganan su autonom铆a. Volviendo a Marx: se trata de una conjura, casi de car谩cter sacramental, de los nombres del pasado, las consignas de guerra, y Guyot se las apropia para representar una nueva escena. Por otro lado, cabe apuntar, Guyot no es un parven煤 a la escritura po茅tica. Es la voz cantante de 34 pu帽aladas, el grupo de tango guitarreado m谩s riguroso y coherente surgido en estos 煤ltimos a帽os. Slang, Argot y Bombay Bs. As. son los t铆tulos de sus opus y devienen elocuentes a la hora de leer estos poemas. Las letras de Juli谩n Centeya y Carlos de la P煤a conviven en el repertorio del quinteto con composiciones del propio Guyot. En este rescate del tango m谩s pesado y, a la vez, m谩s sutil y transformador del lenguaje (el decir refinado y el rante), se proyecta sobre sus versos un aire entre Baudelaire y Tu帽贸n. 鈥淓ntrada ya la noche/alguien conversa con sus propios fantasmas,/esos que a veces llegan a pedir posada/en el alma polizonte. /Algo que comer, algo que beber,/tabaco y un lugar para pasar la noche 鈥搒i es la noche algo que realmente pasa鈥 El rezongo de los resortes/bajo el peso de los cuerpos no molesta a nadie/a estas horas de la madrugada;/porque aunque todos crean que duermen, nadie en realidad descansa.鈥

En esta zona, lo tanguero: m煤sica ciudadana: 鈥淟a urbe traza sus tramas. Secretas. Intimas. De a por miles. De a un mill贸n鈥. Las urbes: Par铆s y Buenos Aires. El tango como conexi贸n entre territorios m铆ticos, pero no s贸lo desde el lado de la marginalidad y la soledad. Las metr贸polis tangueras respiran tambi茅n la tensi贸n social: 鈥溌esde adentro! 隆Desde el centro mismo de su sistema nervioso! 隆Desde su enraizada m茅dula espinal鈥. Recordemos las barricadas del XIX y m谩s ac谩, cuando Par铆s dej贸 de ser una fiesta y los pibes morochos despose铆dos salieron a quemar autos y a incendiar la sociedad burguesa. Escribe Guyot: 鈥淓l cielo se llen贸 de humo/sobre la peque帽a ciudad estrellada鈥. Y trae la memoria de Gast贸n Rivas, el motoquero asesinado en la revuelta del 21 de diciembre de 2001: 鈥淯ltimo sosiego/煤ltimo cigarro/煤ltima pitada. Un 煤ltimo respiro/煤ltima mirada/una 煤ltima visi贸n, antes de encarar el pelot贸n鈥.

Las citas apuntan, en su intenci贸n, un origen. Y es ac谩 donde Guyot recupera pistas sobre un tatarabuelo anarquista que particip贸 en la comuna de Par铆s, enamor贸 a la hija de un hotelero y luego fundi贸 el negocio alojando compa帽eros, lo que provoc贸 su exilio y tuvo que embarcarse en el vapor Paraguay hacia Buenos Aires. Aquello que pueda haber de cierto en esta vida que suena a imaginaria remite a Marcel Schwob y, a la vez, homenajea una estirpe.

Para ser una primera colecci贸n de poemas, Brumarios se presenta, al modo borgeano, asumiendo una biblioteca pero, a la vez, la calle. Dif铆cil no ceder a la lectura de estos poemas desde las citas como pacto literario donde, parad贸jico, se consolida, como resignificaci贸n, un acento propio. Los monarcas y cancilleres de sus poemas, que cada lector identificar谩 a su gusto y antojo, tienen tanta vigencia como el nomadismo existencial: 鈥淓n medio del viaje/a nuestros pret茅ritos anteriores/sobrevino de repente la culpa鈥. Ni m谩s ni menos, una escritura consciente de que la historia es yerra ineludible en la escritura. Es entonces cuando todas las referencias se cargan de sentido y se concentran en un fragmento de Gelman: 鈥淐on este poema no tomar谩s el poder鈥, dice, 鈥渃on estos versos no har谩s la Revoluci贸n鈥, dice,/鈥渘i con miles de versos har谩s la Revoluci贸n鈥, dice/鈥淪e sienta sobre la mesa y escribe鈥.

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